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50 años de la Marcha Verde
15 de novembre, per adiospgou15/11/2025Fuente:Etiquetas:50 años de la Marcha Verde
Una historia de resistencia desde el Sáhara


Recuerda siempre al Sáhara Occidental
Situado junto al archipiélago canario, a escasos 160 km entre Fuerteventura y El Aaiún —su capital—, el Sáhara Occidental es un territorio que se encuentra dividido. Por una parte, ocupado por el régimen marroquí desde 1975, por otra, con tropas del Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS), adscritas al Frente Polisario1 y leales a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), quienes tienen que vérselas en algunas áreas con zonas rodeadas por grandes muros y extensos campos de minas2.
La RASD, con una bandera idéntica a la de Palestina salvo por una estrella y media luna roja añadidas en su franja central blanca, es uno de esos mundos que nos es ajeno debido a su condena en el exilio de la desmemoria. La similitud en su bandera, por desgracia, no es el único elemento común entre la RASD y Palestina. Ambos países han sufrido y sufren el colonialismo imperialista de sus respectivos vecinos, si bien Israel busca construir su proyecto imperial —el Gran Israel— invadiendo y asimilando tanto Palestina como otros tantos territorios del Medio Oriente, Marruecos busca hacer lo propio —el Gran Marruecos— con el Sáhara y otros territorios del Magreb. Enfrentándose a los intereses de los países vecinos (Argelia, Mauritania, Mali), y manteniendo una postura beligerante ante cualquier amenaza que considere contraria a la representación de una identidad nacional que desde el Estado impone la monarquía marroquí3. La defensa de la idea de estado-nación pasa en ambos contextos por una estrategia ofensiva de irredentismo belicista en la que la Unión Europea termina haciendo grandes negocios. En el caso marroquí, además, financiando con el beneplácito del Estado español a un régimen dictatorial que controla su frontera más meridional y olvidando en el proceso el desastre humanitario causado por sus acciones hasta que este se hace insostenible4.

Tanto Israel como Marruecos buscan imponer su dominio por la vía de las armas, en ambos casos condenando al apartheid al pueblo vecino. En ambos casos estas pretensiones son combatidas por la vía armada. En ambos casos se ha prolongado el conflicto durante décadas. En ambos casos hay una realidad fundamentada en el desastre humanitario que sufre un pueblo, originario de su tierra; frente a la idea de nacionalismo exacerbado y excluyente de su vecino. Los frentes son distintos, la lucha anticolonial la misma. Todo ello, hace que hoy estemos aquí escribiendo estas líneas para comprender la resistencia del pueblo saharaui, para defender la causa de su autodeterminación. No obstante, cabría preguntarnos: ¿cómo se llegó a esta situación?
El final del colonialismo español en el Sáhara y el inicio de la Marcha Verde
Situándonos en el contexto final de la dictadura franquista, los acontecimientos de la Marcha Verde se desarrollarán en los estertores del régimen. Aprovechando la situación de debilidad del dictador en sus últimos días de vida, la monarquía alauita5 bajo las directrices de Hassan II —padre del actual Mohammed VI— aprovechará el escenario de incertidumbre que sacude al Estado español para iniciar su proyecto expansionista. Si bien estos planes comenzaron a florecer desde los últimos días de octubre de 1975, será definitivamente el 3 de noviembre cuando unos 350.000 participantes en la Marcha Verde queden a la espera de recibir órdenes desde Rabat. Siendo en su mayoría campesinos pobres reclutados en todas las provincias del reino, siendo transportados en diez trenes diarios hasta Marrakech. Desde allí habían sido trasladados hasta Agadir, primero, y hasta Tarfaya, después, en 7.813 camiones6. Es en este mismo día cuando se dan conversaciones entre Marruecos y España, haciendo la situación inevitable. A la monarquía alauita no le temblará el pulso para utilizar al pueblo marroquí en su beneficio.

El 6 de noviembre, en mitad de un caos desatado y sin que las negociaciones llevasen a nada, la Marcha Verde arrancó. Fuerzas represivas leales a Marruecos, camufladas en muchos casos como campesinos, avanzaban sin pausa con banderas marroquíes, estadounidenses, retratos de Hassan II y ejemplares del Corán. Al poco tiempo los manifestantes llegaron a la frontera con el Sáhara, asaltando el puesto fronterizo de Tah, ya abandonado. La marcha se internó desde aquí 10 km dentro del territorio saharaui. Se había pactado que solo permanecerían allí dos días y se retiraran, escenario que no se dio. Entre las caravanas de camiones, se habían infiltrado columnas de militares, vehículos con ametralladoras y blindados marroquíes que parecían avanzar hacia donde las defensas españolas se habían retirado. Ante una intervención nefasta de la ONU incapaz de hacer cumplir la soberanía del Sáhara y ante un tardofranquismo más preocupado por la salud del dictador que por la supervivencia de sus pretensiones coloniales, Marruecos solo tuvo que apostar más fuerte. Al día siguiente ya eran 100.000 las fuerzas que traspasaron la frontera, abriendo un nuevo frente hacia el este.

Bajo la amenaza de solo disolver la Marcha Verde si el Sáhara era entregado, las negociaciones se dieron con una posición de peso de Marruecos sobre el terreno y con una gestión pésima por parte del franquismo. Si bien había una serie de acuerdos internacionales que debían respetarse, la realidad fue que estos solo sirvieron de papel mojado y se tuvieron en cuenta superficialmente de cara a la galería. En cuestiones de fondo prevalecían los intereses marroquíes, quienes se comprometían a retirarse de la frontera si el Sáhara les era entregado. Los acuerdos entre Madrid y Rabat se firmaron al margen de la comunidad internacional y con el apoyo implícito de EE. UU. a Marruecos, siguiendo las pautas marcadas por Henry Kissinger en el contexto internacional de la Guerra Fría.
Hassan II ofreció a cambio del Sáhara la posibilidad de construir bases militares españolas en el territorio, acuerdos comerciales y de explotación de los fosfatos, facilidades en el acceso a recursos pesqueros de la región, protección de las inversiones españolas en el país, colaboración en industrias y complejos turísticos, alianzas estratégicas para controlar el estrecho e importantes partes del Atlántico… Todo ello de forma bilateral y sin consultar a nadie. Manteniendo un doble juego de legitimidad de cara a la ONU, mientras que la realidad era que las decisiones se estaban tomando tras bastidores.
El día 13 queda decidido que España abandonaría sus aspiraciones por el Sáhara. La ONU asumiría entonces la administración del territorio por un período de seis meses. En ese tiempo crearía una administración temporal, bajo la autoridad de un alto comisario, que estaría auxiliado por un grupo reducido de funcionarios. Para mantener el orden, España dejaría a 10.000 legionarios que sustituirían su gorra verde por el casco azul de Naciones Unidas7. En una reunión previa trilateral entre Marruecos, Mauritania y España, se anunciaba que esta última saldría del Sáhara el 28 de febrero de 1976, creando hasta entonces una administración temporal. En todo momento se rechazaba la voluntad de autodeterminación del pueblo saharaui, si bien finalmente se añadió una cláusula de referéndum que nunca se dio. El destino del Sáhara Occidental quedaba sellado, pues entre los días 12 y 14 de noviembre este fue escrito en los Acuerdos de Madrid sin el consentimiento de su pueblo.
El éxodo de la población saharaui hacia Argelia se produjo a raíz de ello desde febrero de 1976, a consecuencia de la retirada definitiva de España del Sáhara Occidental. Los combates entre las tropas leales al Frente Polisario contra el ejército marroquí siguen dándose hasta hoy, pues esta situación de ocupación se mantiene desgraciadamente hasta la actualidad. En 1979, Mauritania se retiraría del conflicto dejando fuera todas y cada una de las pretensiones que tenía para el Sáhara, pero Marruecos aprovechó desde entonces para ampliar su dominio en la zona.
El proyecto imperialista marroquí
Para comprender lo que es el Estado marroquí, primero debemos comprender lo que significa el Majzén. El Majzén es lo que podríamos definir como el «Estado profundo» marroquí, con el rey y la monarquía en su cúspide, le siguen de cerca la familia real, los grandes líderes del país y los servicios secretos. La alta cúpula militar, el cuerpo diplomático marroquí y la oligarquía empresarial de alto nivel, mantienen este orden intacto. Es una organización de la que en gran medida se desconoce su estructura y sus componentes, solo manifestada a través de la ostentación económica de sus élites junto a su capacidad para reprimir al pueblo. No existe una división de poderes propia de las democracias liberales, ejecutivo y legislativo —gobierno y parlamento—, se retroalimentan directamente de las órdenes dictadas por el Majzén. El poder judicial está influido por la ley islámica, siendo en efecto nula la separación entre Dios y el Estado —personificados en la figura del rey como máximo representante religioso y terrenal, tanto en lo civil como en lo militar—.
El Majzén es un grupo cerrado con una férrea jerarquía, completamente desvinculado de la sociedad civil al uso, pero por encima de esta. Aprecian pasar desapercibidos, y ejercen a su vez una política represiva inaudita contra toda oposición o movimiento contestatario que busque poner en entredicho su capacidad de dominación. Del mismo modo, conseguir la gracia del Majzén puede catapultar directamente al estrellato a cualquiera que sea capaz de acceder a semejantes privilegios.
Las zarpas del Majzén se extienden tanto dentro como fuera del país, teniendo una amplia red de informantes y organizaciones pantalla por todo aquello que forma parte de lo que consideran su ámbito de influencia. Desde 1975 controlan las zonas ocupadas del Sáhara Occidental, destacando en el acoso y derribo a cualquier elemento vinculado a la causa saharaui o con simpatías hacia esta. Al mismo tiempo, se encarga de apoyar y proteger al movimiento colonial marroquí que se asienta en los territorios del Sáhara bajo las órdenes de Rabat. Con genocidios como los de Um Draiga en 1976, el desmantelamiento de los campos saharauis por las protestas de noviembre de 2010 o el bombardeo a los refugiados que huyen a Argelia; la política del terror materializado en masacres de civiles con el uso de napalm o fósforo blanco como arma, son la carta de presentación de la monarquía alauita.
Con un Marruecos que ve en el extremo oriental del Mediterráneo, en la Turquía de Erdogan y en el Israel de Netanyahu, ejemplos de regímenes autoritarios fuertes; se busca proyectar este expansionismo en los territorios occidentales mediterráneos. Haciendo una lectura de las tesis de 1956 de Allal El Fassi, Marruecos se proyecta como una realidad imperial fundamentada en el expansionismo y la reclamación de territorios pertenecientes a Mauritania, el Sáhara Occidental, Argelia, Mali y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El proyecto del Gran Marruecos pasa por la subyugación directa de todos los pueblos vecinos bajo su gran bota. Siendo estas tesis usadas como instrumento para movilizar a la población marroquí con un discurso nacionalista, este plan se fundamenta ante todo en la persecución y el exterminio del pueblo saharaui, con la ocupación de sus tierras y la eliminación de toda resistencia.

Tantas ansias tiene el Majzén por el control, que estas incluso benefician a la Unión Europea, quien ve en Marruecos al perfecto guardián de sus fronteras más meridionales. El papel de las ciudades de Ceuta y Melilla en todo esto, junto a la existencia de una alta verja inhumana y afilada que separa al norte del sur global, responden al gran esquema de control migratorio en el que el Estado español se cuadra y saluda ante las órdenes dictadas desde Bruselas.
El Sáhara, por su parte, además de zona estratégica para controlar la salida al Atlántico desde el Mediterráneo, supone también una tierra rica en recursos como fosfatos, fundamental para el abono agrícola. Cuenta también con yacimientos de petróleo y gas natural a lo largo de la costa, junto con algunos depósitos de minerales tales como hierro, cobre y uranio, zonas pesqueras anexas al territorio y un enorme potencial turístico que la monarquía alauita se encarga de explotar —ofreciendo un proyecto de resort de lujo muy similar al propuesto por Trump en Gaza—.
Olvido, el peor enemigo. Argelia, Tinduf y los campos
El Sáhara Occidental, territorio geográficamente ubicado entre Marruecos al norte y Mauritania al sur, comparte también una pequeña frontera noreste con Argelia. Es en este país donde el gobierno de la RASD se encuentra exiliado, con gran parte de la población saharaui ubicada en Tinduf, en los campamentos de refugiados que huyen del régimen marroquí. Viven aquí unas 173.000 personas, más del 80% de la población autóctona del Sáhara Occidental.
Argelia, destacando en la defensa de la autodeterminación como cuestión geopolítica fundamental de su identidad nacional —por su trayectoria histórica en la independencia de Francia—, es el principal país valedor de los intereses del pueblo saharaui. Al ser históricamente tanto la RASD como Argelia países garantes de la defensa de la liberación de los pueblos, esta trayectoria de entendimiento y defensa de sus intereses ha logrado mantenerse hasta hoy. El proyecto del Gran Marruecos choca de igual forma frontalmente con los intereses nacionales de Argelia, encontrando el pueblo saharaui a un importante aliado en las fronteras del país vecino. Es aquí donde se ubica Tinduf, junto al gobierno de la RASD y las principales instituciones del Frente Polisario, funcionando la ciudad de Rabuni como capital provisional.

La situación de los saharauis en Tinduf se basa en la supervivencia. Compuesta por cinco campamentos que llevan el nombre de ciudades del Sahara Occidental: Bojador, Dajla, El Aaiún, Auserd y Smara, la vida en los campos —en mitad del desierto pedregoso— es dura. Con una climatología inestable de grandes lluvias ocasionales, temperaturas extremas e incontrolables vientos, impiden el desarrollo de una agricultura estable. Todo ello hace que la situación del pueblo saharaui en los campos se dé en condición de refugiados. Entre casas prefabricadas y edificios hechos de materiales de la zona, el pueblo saharaui subsiste pendiente de las victorias del Polisario en el territorio Occidental, donde cuentan con diversas zonas liberadas, y esperando a que la situación a nivel internacional les dé una salida.
Desde agencias internacionales —vinculadas a la ONU principalmente aunque no en exclusiva—, se ofrecen becas y ayudas para fomentar la salida aunque sea temporal de una situación tan hostil. En el Estado español siempre tuvo fama el proyecto «Vacaciones en Paz», agradecido en multitud de casos por quienes se han visto beneficiados del mismo. No obstante, ¿acaso es esto justo, suficiente? ¿Condenar a un pueblo al ostracismo por la desidia del colonialismo español? ¿Por dejar que el Majzén ejerza su dominio ante el Sáhara? El pueblo saharaui se merece más que eso. Siempre hay un horizonte más allá del asistencialismo, empezar a conocer su lucha es el primer paso.

Sáhara Occidental y la lucha de un pueblo por su existencia
El Estado español realizó un cambio definitivo de postura con respecto al Sáhara en 2022 cuando el actual gobierno de Pedro Sánchez se posicionó a favor de Marruecos e inició conversaciones con la monarquía alauita en materia migratoria, siendo algo que han utilizado como herramienta para forzar decisiones que favorecían directamente al Majzén. Por su parte, Estados Unidos —su socio más antiguo8— decidió apoyar en 2020 de manera abierta el dominio marroquí sobre el territorio abriendo consulados en las ciudades ocupadas de Dalja y El Aaiún. Francia, por su parte, siempre ha permanecido junto a Marruecos, siendo uno de sus socios más fiables en la zona del Magreb.
Los recientes acontecimientos plasmados en la Resolución 2797 de la ONU, nos llevan a una situación en la que el plan de ocupación marroquí para el Sáhara queda más que avalado con el apoyo de EEUU a la cabeza. Al haberse reconocido la soberanía de Marruecos sobre el territorio, el derecho de autodeterminación y la promesa de referéndum —que desde 1991 llevaba en el aire— queda definitivamente negada. Si bien la MINURSO9 mantendrá su estancia hasta 2026, la situación es ante todo desfavorable para un pueblo que lleva luchando por existir desde hace más de cincuenta años. Ante un Estado que ocupa de facto territorios que le corresponden al Sáhara, la monarquía alauita ejerce su dominio de forma explícita, persiguiendo cualquier oposición o voz mínimamente contestataria a la que se le ocurra poner la cuestión del Sáhara en entredicho. Marruecos se apoya una vez más en el régimen estadounidense para ejercer su poder en la zona. Mientras tanto, el Estado español y la Unión Europea abandonan de palabra y hecho al Sáhara.
La cuestión del sáhara ha sido un tema tabú en las reivindicaciones de GenZ212, quizás más por la represión que desde el Majzén se podría ejercer a quien se pronuncie a favor de su causa. Aún con todo, la histórica defensa de la autodeterminación del pueblo saharaui pasa obligatoriamente por la derrota de la monarquía alauita y las potencias imperialistas que la apoyan. La liberación del Sáhara pasa inevitablemente por la derrota del régimen marroquí y sus socios. Si en el futuro viéramos una unión de luchas entre los movimientos populares del Rif, los defensores de la autodeterminación del pueblo saharaui y la juventud contestataria marroquí, quizás ese sería el momento en el que el Majzén echase a temblar. Hasta entonces solo queda trenzar lazos y políticas de entendimiento entre aquellos grupos que combaten al despotismo, sea donde sea y tenga la forma que tenga, sobre el terreno.

Nuestro pueblo siempre ha apoyado la causa saharaui. En esta ocasión como en tantas otras, no nos quedaremos atrás. Citando al poeta británico Percy Bysshe Shelley en su Ozymandias:
Conocí a un viajero de una tierra antigua que dijo: «dos enormes piernas pétreas, sin su tronco se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena, semihundido, yace un rostro hecho pedazos, cuyo ceño
y mueca en la boca, y desdén de frío dominio, cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones las cuales aún sobreviven, grabadas en estos inertes objetos, a las manos que las tallaron y al corazón que las alimentó.
Y en el pedestal se leen estas palabras: “Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!”
Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas».
Ningún poder es eterno, pues este siempre termina por hundirse bajo las dunas del desierto; cual gigante con pies de barro.
Redacción de Regeneración.

- 1. El Frente Polisario reanudó los combates con Marruecos el 13 de noviembre de 2020, después de que Marruecos rompiera el alto el fuego de 1991. El Estado español comienza en ese año a ver con buenos ojos la ocupación marroquí del Sáhara. ↩︎
- 2. Israel ha jugado un papel destacado en materia de cooperación militar, estableciendo acuerdos históricos en materia de defensa, inteligencia y ciberseguridad en 2021. Ha suministrado drones, sistemas de inteligencia militar y sistemas de vigilancia a la monarquía marroquí, a cambio al sionismo se le ha otorgado una posición ventajosa en acuerdos económicos. El reconocimiento israelí en 2023 de la soberanía marroquí sobre el Sáhara marca un antes y un después con Marruecos. ↩︎
- 3. Vemos que ante cuestiones como los sucesos de 2016-2017 del Movimiento Popular o Hirak del Rif, la idea de hacer política no es única ni exclusiva del Estado. Las luchas populares que encontramos en el Norte de África han sido más comunes de lo que inicialmente se pueda pensar, bien siendo estas desarrolladas por pueblos amaziges o bien por generaciones juveniles —caso de las protestas de GenZ212 mucho más recientes—, estas han reivindicado la construcción de una realidad política y social distinta a la de las pretensiones de la monarquía alauita, en defensa de unos intereses comunes mucho más amplios que los otorgados por el régimen actual. Pese a que los medios más tradicionales busquen ignorar este hecho, si ahondamos en la búsqueda de información sobre las luchas de los pueblos con los que el Estado español comparte sus fronteras más meridionales, hallaremos contenido más que suficiente. Para más información relativa a este tipo de cuestiones, recomendamos la lectura de este artículo: https://www.elsaltodiario.com/marruecos/hirak-rifeno-una-revuelta-descabezada-pero-no-derrotada ↩︎
- 4. Siendo ejemplo lo sucedido en Melilla en 2022: https://www.elsaltodiario.com/melilla/disparos-aire-devoluciones-caliente-20-hospitalizados-dos-dias-saltos-valla-melilla ↩︎
- 5. Nos referimos con este término a la actual dinastía reinante en Marruecos, cuyos orígenes se remontan a 1631. ↩︎
- 6. Bártulo (2021): La historia prohibida del Sáhara Español, p.216 ↩︎
- 7. Bártulo (2021): La historia prohibida del Sáhara Español, p.222 ↩︎
- 8. Marruecos fue el primer Estado del mundo en reconocer a EE. UU. como país. Sus relaciones diplomáticas se remontan a 1777. ↩︎
- 9. Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental. ↩︎
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Tino Brugos. In memoriam
14 de novembre, per adiospgou14/11/2025Fuente:Etiquetas:Tino Brugos. In memoriam

Foto: V/a Nortes
Hace pocas horas en CGT hemos conocido la repentina muerte de Tino Brugos, y ha sido un fuerte golpe toparnos con esta realidad porque, hasta hace pocos días, el Comité Confederal de nuestra organización había estado en contacto con él en diferentes grupos de trabajo.
Tino ha sido un incansable compañero de luchas internacionalistas, como el apoyo mostrado siempre al pueblo kurdo o al pueblo palestino. Con 67 años, nuestro compañero acababa de jubilarse como profesor. Había nacido en Santander, en el seno de una familia de clase trabajadora, y desde muy joven mostró una sensibilidad especial hacia temas y circunstancias de la época en la que le había tocado vivir. Por eso, a partir de los años 80, Tino decidió dedicar buena parte de su tiempo a la lucha en diferentes causas sociales. Quienes le conocieron saben que, de no ser por esta inesperada marcha, habría continuado acompañándonos en infinidad de actos y acciones.
Que la tierra le sea leve y que viva en nuestro recuerdo.
Noticias
14 de noviembre de 2025
Desde Briega otros enlaces en memoria de Tino Brugos en otros medios:
- Dolor por la inesperada muerte de Tino Brugos, histórico de los movimientos sociales asturianos
- En memoria de Tino Brugos, el compromiso sin fisuras
- Tino Brugos, el educador que cruzó el Deva cargado de luchas
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Poder, corrupción y mentiras
14 de novembre, per adiospgou14/11/2025Fuente:Etiquetas:PODER, CORRUPCIÓN Y MENTIRAS
La absoluta politización de la opinión pública con fines electorales tiene una indignación selectiva. No importa la corrupción o las mentiras, sino quién las ejerza, quién tiene el poder. Generalmente indignan los males superficiales frente a los estructurales, o simplemente las novedades o los excesos.
La corrupción puede definirse como todo abuso del poder público con el objeto de obtener gratificaciones de índole privado o beneficios políticos. Y así funciona la democracia. La corrupción es un problema que el buen ciudadano sitúa entre la Moral y el Derecho.
El actual presidente triunfó machacando con la corrupción del gobierno anterior y afirmando que «Argentina se hunde porque destruyó los valores morales» y que «con los delincuentes no se negocia». La oposición a comienzos de este año erigió la “cripto-estafa” con esperanzas de helicóptero. Ya fantaseaban con la dimisión del presidente o al menos un debilitamiento de su figura. Las esperanzas renacieron con “las coimas del 3% de Karina”. Pero la corrupción es una constante, su denuncia, el fingido asombro, sirve solamente para hacer carrera política o mantenerse en ella. Es el síndrome de Lilita Carrió, quien denuncia la corrupción del oficialismo, más allá de quien gobierne, alimentando el relato político y reaccionario de una democracia capitalista donde explotadores y explotados podrían convivir en armonía en una nación que avanza hacia el progreso. Pero la democracia es corrupción, explotación y conciliación de clase.
Cuando una parte de la población se indigna selectivamente con las actuaciones del poder judicial, cabe recordarnos que la Justicia existe para reproducir un orden social injusto, y persigue a quienes lo enfrentan, gobierne quien gobierne. También se entromete en las disputas interburguesas, favoreciendo capitalistas y sectores políticos, perjudicando a otros. El kirchnerismo utiliza la difusa noción de “poder real” para referirse a un sector intocable de la burguesía local alineada con el capital financiero y extranjero, a quienes sus políticas habrían perjudicado por lo que codifica la condena de Cristina Fernández de Kirchner como un castigo impulsado por dicho sector a través de una Justicia adicta. Resulta curioso cómo el kirchnerismo gobernó casi dos décadas sin tener el “poder real”. Es necesario un análisis más serio del Estado, su vinculación con los distintos sectores de la clase capitalista en Argentina y, fundamentalmente, de la relación de todos ellos con el proletariado, es decir, de la lucha de clases.
La respuesta de por qué esto le ocurre al kirchnerismo desde hace varios años y se consumó meses atrás con la condena, hay que buscarla en su agotamiento como representante del conjunto de la reproducción del Capital en Argentina. Parecemos asistir al final de un ciclo que surgió luego de la crisis de la convertibilidad para restaurar el orden y recomponer la acumulación sobre bases menos rígidas, que a la vez contuvieron e institucionalizaron las luchas. Esto significó sostener aspectos esenciales de la reestructuración de los 90 como la flexibilización y precarización del trabajo, a la vez que rehabilitar, con el viento de cola del precio internacional de los granos y salarios destruidos, el desarrollo de capitales improductivos mercadointernistas cuya reproducción es, como ya vemos, insostenible a largo plazo. El discurso peronista sobre la redistribución de la riqueza, el fifty-fifty, su enfrentamiento al “poder real”, al “poder económico concentrado” no es más que la envoltura ideológica de una forma específica de acumulación del capital en Argentina y de su inserción al mercado mundial, que es al mismo tiempo una forma específica de la explotación de la fuerza de trabajo.
Cuando otra parte de la población se indigna selectivamente porque Milei prometió poner fin a la corrupción y no solo no lo hace sino que la ejerce, cabe preguntarse: a estás alturas del siglo XXI, ¿quién puede creer en los discursos de los gobernantes o aspirantes a serlo? La misión de Milei es administrar una economía en crisis, recortar, ajustar, reprimir, dar esperanza: mantener el orden capitalista, frente a una población desorientada que vota como castigo a los políticos, por bronca, o ya ni se preocupa por ir a votar.
La corrupción es inherente a la propiedad privada y su oportuna denuncia sirve al Capital para cambiar el rumbo de la administración del Estado cuando lo requiere, cambiando algunas figuras, amenazando con hacerlo, buscando afectar lo menos posible la estabilidad de su propia reproducción. Por esto último, las condenas por causas de corrupción a altos mandos del Estado difícilmente llegan cuando están en funciones. A pesar de todo, los políticos y burgueses preservan algunos códigos, ya que para “afanarse el choreo” es necesario preservar la sociedad que posibilita la existencia del choreo. Recordemos que toda ganancia, legal o ilegal, privada o estatal, descansa en última instancia en la extracción de plusvalor, la apropiación de trabajo ajeno.
Fuera y contra la batalla cultural y las campañas electorales intentamos comprender nuestra realidad para transformarla: por un mundo más allá de las mezquindades de quienes gobiernan y quienes aspiran a hacerlo. Para luchar por un mundo más allá de la privación y la explotación.
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Son Gigantes presenta casi 14.000 alegaciones contra Las Américas 3 y 16 y cede su informe técnico a la Mancomunidad de los Valles Pasiegos
13 de novembre, per Nadia13/11/2025Fuente:Etiquetas:En apenas treinta días hábiles desde la apertura del periodo de información pública, y gracias a mesas de firmas, acciones informativas y al esfuerzo colectivo y altruista de la ciudadanía y profesionales de los municipios afectados, la Plataforma Ciudadana Son Gigantes ha presentado 6.927 alegaciones populares contra Las Américas 3 y 7.024 contra Las Américas 16.

En paralelo, la Plataforma elaboró un informe técnico de alegaciones, redactado de forma voluntaria y rigurosa por su grupo especializado y registrado jurídicamente a través de Territorio Cántabro, la entidad que canaliza las presentaciones legales frente a los polígonos eólicos proyectados en Cantabria, como el caso de El Escudo.
Posteriormente, y ante la necesidad de reforzar las alegaciones técnicas iniciales de la Mancomunidad de los Valles Pasiegos —integrada por diecisiete ayuntamientos—, la entidad solicitó la colaboración de la Plataforma, que cedió su informe técnico para que pudieran ser también presentadas en nombre de la Mancomunidad, sumando voz institucional a una defensa del territorio nacida desde la ciudadanía.
Un único proyecto fraccionado
Según el grupo técnico de Son Gigantes, ambos polígonos constituyen en realidad un único proyecto eólico fraccionado de manera irregular, con el propósito de eludir los límites de potencia y la evaluación ambiental conjunta exigida por la Ley 21/2013 de Evaluación Ambiental.
Las dos instalaciones comparten la red eléctrica de evacuación, las subestaciones (Las Américas 3, Saguales y Mustera) y un mismo corredor de alta tensión que se extiende hasta la subestación de Red Eléctrica de España en El Astillero, atravesando más de diez municipios rurales, algunos incluidos en el ámbito del Plan de Ordenación del Litoral (POL).

Impactos sobre el territorio
Lo más preocupante de los proyectos Las Américas 3 y Las Américas 16 es su afección a un territorio de altísimo valor ecológico, hídrico, paisajístico y cultural, sin que el estudio de impacto ambiental presentado por Arena Green Power S.L. (13 y 14) evalúe con el rigor necesario los riesgos reales.
Las instalaciones se proyectan sobre un corredor ecológico clave entre la Cordillera Cantábrica y las marismas de Santoña, afectando espacios protegidos de la Red Natura 2000, como el ZEC Río Pas y el ZEC Montaña Oriental.
El impacto sobre la biodiversidad alcanzaría a rapaces protegidas, alguna en peligro de extinción —como el milano real, el alimoche o el águila real—, así como a murciélagos, anfibios y una orquídea en riesgo de extinción a nivel regional, junto a otras especies vegetales vulnerables y hábitats de interés comunitario, tres de ellos prioritarios según la Directiva Hábitats de la Unión Europea.
Los polígonos se proyectan sobre un territorio con captaciones de agua de consumo humano, como las de Santa María de Cayón y Pas-Pisueña, y sobre un paisaje tejido por cabañas pasiegas y praderías.
Su instalación alteraría la percepción visual de los valles y expondría decenas de cabañas a niveles elevados de ruido, quebrando el equilibrio entre la vida rural y el paisaje que la sostiene.
El estudio ambiental tampoco analiza los efectos sinérgicos ni acumulados con otros proyectos e infraestructuras cercanas, como el macropolígono logístico de La Pasiega, otros polígonos eólicos en tramitación o las nuevas líneas de alta tensión.
Esa omisión impide medir la magnitud real del impacto ambiental y social en un territorio que ya soporta demasiadas presiones y que merece poder elegir su futuro.
Sobre Son Gigantes
Son Gigantes continúa trabajando de forma altruista, comunitaria y apolítica frente a los proyectos que amenazan el territorio. Seguirá aportando información, transparencia y participación a través de su web www.songigantes.net
“No hay siglas detrás de este esfuerzo, solo vecinas y vecinos que, con su saber y su tiempo libre, defienden el lugar que los sostiene y sostendrá a quienes vienen después”, declaran.

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Por tejer el paracaídas de la nueva izquierda
12 de novembre, per Colaborador12/11/2025Etiquetas:Los atentados del 7 de octubre que prendieron la mecha del genocidio actual en Gaza fueron hace ya más de dos años. Y prácticamente en poco más de un año, hemos visto un intento de asesinato a un candidato a la presidencia estadounidense, la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria, el bombardeo a bases iraníes en una supuesta prevención de un conflicto mayor entre Irán e Israel, un terremoto de 7,6 grados Richter en una península de Japón, drones rusos cruzando fronteras polacas, los ataques del 8 de julio en Ucrania, escaladas intensas en los conflictos entre chapitos y mayitos, el asesinato de Charlie Kirk, protestas masivas en Estambul, revueltas de gran magnitud contra los poderes asiáticos de Indonesia, Japón, Filipinas o Nepal… y la lista continúa hasta el punto de que se podría sustituir el resto del articulo solo enumerando eventos de este carácter.
Desde hace ya más de cinco años pareceque el mundo vive constantemente al borde de un estado de emergencia global, amagando cada semana con dar su ultimo paso antes de caer de bruces en el desastre mientras el resto sufrimos las consecuencias. Asumiendo que todos estos eventos son premonitorios y no solo excusas para justificar el delirio del mundo político, interesa saber cómo se manejaría la democracia global en términos post-catástrofe. Para llegar a concluir algún tipo de presagio se puede analizar la evolución de otros países enfrentados a procesos de impacto y recuperación similares.
Eso es lo que aborda Naomi Klein en La Doctrina del Shock (2007), un texto en el que analiza con profundidad propuestas políticas que sucedieron a escenarios muy convulsos. Esta táctica política —la doctrina del shock— consiste en el aprovechamiento del impacto que sufre una población tras un desastre, ya sea económico, natural o político para establecer un nuevo tipo de orden. Como fue, por ejemplo, el trabajo llevado a cabo por los Chicago Boys de la mano de Friedman para convertir el Chile de Pinochet en un experimento neoliberal. Estos, explotaron el estado de, propiamente, shock, que aturdió a la población chilena tras el ataque al Palacio de la Moneda y la muerte de Allende, para implementar medidas económicas y sociales de corte neoliberal como la privatización de empresas o la desregularización del mercado.
De esta manera, Klein demuestra cómo el capitalismo ha empleado situaciones de crisis para introducir medidas económicas poco populares, que además han solido ir de la mano de otras herramientas violentas y autoritarias para aumentar este estado de shock. Con los atentados a las Torres Gemelas, por ejemplo, se vio a tiempo real cómo el gobierno norteamericano impuso medidas de mayor vigilancia sobre su población, que en ese momento estaba todavía recuperándose del duelo del ataque. Respaldados con la pretendida justificación de velar por la seguridad de la ciudadanía, el Gobierno de EEUU parecía lucir de total inmunidad ante sus políticas, lo que permitió establecer un estado de control sobre su población que no fue evidente hasta que ya fue demasiado tarde.
Suponiendo que el mundo no seguirá en este borde pre-catastrófico mucho tiempo, y que tarde o temprano algún desastre sacudirá el status quo ¿cuál serán nuestras consecuencias?
La incertidumbre se convierte entonces en quién tendrá las mejores cartas a la hora de jugar en la partida del shock y qué repercusiones sociales o económicas tendrá una victoria sobre otra. Y la respuesta por ahora parece dar ventaja a los postulados e intereses de la derecha. Evidencia de esto es la ola extremista que amasa el tsunami que atraviesa Europa, imitación del modelo derechista estadounidense, ya sumido en un gobierno más que alarmantemente.
Esta situación, fuera de sembrar temor e incertidumbre en la izquierda global, debería servir
de toque de atención. Las banderas ondeadas siguen siendo las mismas, pero el campo de batalla es diferente, y de momento es la derecha la primera en parecer adaptarse. El trabajo ahora de la izquierda es remodelar su estrategia y evitar a la derecha en ‘duelo del shock’. Para ello se tiene que replantear sus directrices y objetivos, porque cuando ya no se puede tirar más del hilo de la vieja izquierda hay que empezar a tejer otra.Sabemos que a pesar de la insistencia en desmentir los bulos que hacen a la ultraderecha tan popular y en demostrar cómo sus propuestas hacen aguas moral e ideológicamente, el coladero de credo de que presumen sigue calando en un número cada vez más creciente de la población.
Sorprendentemente la táctica sigue siendo la misma de hace casi un siglo: aprovechar
estados de incertidumbre económica y culpar de la deficiente situación de cada país a los colectivos minoritarios que ‘llevan al garete a la economía’ y a la izquierda que los defiende. Este tipo de estrategia se asemeja bastante a la doctrina del shock: generar y utilizar situaciones críticas como pretexto para sacudir el orden político, cuestionar el contrato social y los avances previos y poner en entredicho las instituciones, incluso las más democráticas. Pero la manera de difundir este discurso es diferente, y ahora el rol propagandístico lo toma internet.Por su parte la izquierda también trata de hacer su labor en las redes sociales, pero la
estrategia sigue siendo la misma con la que esta perdiendo influencia entre la gente más joven frente a los Vito Quiles, los Núcleo Nacionales y los Roma Gallardos de la red. Y si la catástrofe llega mañana igual son estos ejemplares de influencers los que inspiraran a la juventud derechista a ganar en el ‘duelo del shock’.Porque en el zeitgeist político hacen más ruido las acusaciones culturales que las propuestas políticas reales. La derecha gana votos porque sabe jugar en la guerra cultural y la izquierda, a pesar de no parecer estar hecha para el espectáculo en el que se ha convertido la política actual, está entrando al juego, y de momento no le está saliendo bien la jugada. En vez de politizar la economía y reivindicar una lucha sistémica se dedica a recolectar zascas a la derecha para subir a redes. Y por ahora esta estrategia contraproducente solo ha conseguido verter más gasóleo en la hoguera de la guerra cultural, y por lo tanto, indirectamente beneficiar a la derecha, y a su vez provocar un descontento general en gran parte de la izquierda no identificada con este tipo de política.
Con suerte, antes de que estalle la tercera guerra mundial, o se inunden las ciudades costeras, o volvamos a sumirnos en otra profunda crisis económica, o sabe dios qué, desde la izquierda se haya tejido ya el paracaídas necesario para sacarnos del desastre sin tener que sufrir más gobiernos conservadores neoliberales con derivas autoritarias que se aprovechen de estos contextos críticos. Y aunque las últimas victorias políticas en la izquierda (como la llegada a la alcaldía de Nueva York por parte de Zohran Mamdani, la organización masiva y a nivel global de protestas a favor de Palestina, o incluso el nuevo proyecto de partido de Jeremy Corbyn) sean avances positivos, todavía queda mucha maratón por recorrer.
Pero, de momento no queda mucha más opción que seguir recibiendo vídeos de abandonos
simbólicos en el congreso, insultos personales en mítines o debates culturales entre influencers políticos. Eso, o esperar pacientemente que el péndulo vuelva a oscilar hacia su lado izquierdo antes del shock.




