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Huelga de hambre masiva inminente por las cárceles de Reino Unido
29 d’octubre, per Nadia29/10/2025Fuente:Etiquetas:Decenas de presos y presas políticas en distintas cárceles del Gran Bretaña han anunciado su intención de iniciar una huelga de hambre colectiva a partir del 2 de noviembre, una fecha elegida con plena conciencia histórica: el aniversario de la Declaración Balfour de 1917, en la que el gobierno británico expresó su apoyo oficial al proyecto sionista de colonización de Palestina.
La acción está coordinada por el colectivo Prisoners for Palestine, con el respaldo de la organización CAGE International, y podría convertirse en la mayor huelga de hambre organizada en las prisiones británicas desde 1981, cuando diez prisioneros republicanos irlandeses fueron martirizados tras 66 días de huelga en las cárceles del norte de Irlanda ocupado.
Los presos denuncian que el Estado británico criminaliza la solidaridad con Palestina y protege los intereses de las empresas armamentísticas que abastecen al régimen israelí. Desde hace meses sufren represalias, aislamiento, censura y agresiones por su militancia anticolonial y su compromiso con la resistencia palestina.
“Estamos presos por intentar detener un genocidio”
Entre las personas encarceladas se encuentran Audrey Corno y Francesca Nadin, ambas detenidas por acciones directas contra las instalaciones de Elbit Systems, la principal empresa de armas israelí. El 20 de octubre, ambas entregaron una carta al Ministerio del Interior británico en nombre de las 33 personas encarceladas por intentar detener el genocidio en Gaza.
En esa carta, los presos formulan cinco demandas claras y urgentes:
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Fin inmediato de toda censura y restricción a su correspondencia y comunicaciones.
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Libertad bajo fianza inmediata e incondicional.
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Derecho efectivo a un juicio justo y transparente.
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Retirada del movimiento PalAction de la lista británica de organizaciones “terroristas”.
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Cierre definitivo de todas las instalaciones de Elbit Systems en el Reino Unido.
“Hemos agotado todas las demás opciones”, afirmaron los portavoces del colectivo, que subrayan que sus detenciones responden exclusivamente a motivos políticos. En muchos casos, no se han presentado cargos formales y las personas permanecen recluidas bajo la Ley Antiterrorista, una herramienta de represión cada vez más utilizada contra activistas y defensores de los derechos humanos.
Algunos presos llevan más de un año detenidos sin juicio, en condiciones degradantes y con graves restricciones a las visitas familiares, a la práctica religiosa y a la comunicación con el exterior.
De las fábricas de armas a las celdas británicas
Las acciones de sabotaje y bloqueo contra Elbit Systems —empresa israelí que fabrica drones y armas utilizadas en los ataques a Gaza— se han convertido en un símbolo del movimiento de solidaridad directa con Palestina. Desde 2020, PalAction ha protagonizado numerosas ocupaciones de fábricas y centros de distribución vinculados al complejo militar sionista.
Ante la presión popular, el Estado británico respondió con una ola de detenciones, registros domiciliarios y procesos judiciales que criminalizan a quienes se atreven a denunciar públicamente la complicidad del Reino Unido con los crímenes de guerra en Palestina.
Las cárceles se han convertido así en un nuevo frente de lucha, donde la resistencia continúa bajo otras formas. “Lo que comenzó como una campaña para detener la producción de armas para el genocidio en Gaza se ha transformado en una lucha por la libertad dentro de las prisiones”, explicó una de las abogadas del colectivo.
“Desde Guantánamo hasta Gaza: la misma maquinaria represiva”
El Dr. Asim Qureshi, director de investigaciones de CAGE International, calificó la huelga como “un paso histórico y una denuncia directa de la violencia institucional del sistema penitenciario británico”.
“Desde Guantánamo hasta Gaza”, afirmó Qureshi, “la infraestructura de leyes autoritarias creada para encarcelar, silenciar y castigar a quienes se oponen a las guerras y al genocidio debe ser desmantelada. Los presos son el corazón de nuestro movimiento por la justicia. Debemos honrar sus sacrificios y desafiar las injusticias que enfrentan”.
Las denuncias de maltrato sistemático incluyen agresiones físicas, aislamiento prolongado, confiscación de correspondencia y material de lectura, negación de atención médica y restricción del acceso al Corán. Ante el fracaso de sus apelaciones y la indiferencia institucional, las y los presos han decidido recurrir al último instrumento de resistencia que les queda: sus propios cuerpos.
La continuidad de una larga tradición de resistencia
Esta nueva huelga se enmarca en una tradición de lucha que une las celdas británicas con las palestinas. A principios de 2025, la activista Teuta “T” Hoxha, una de las Filton 24, realizó una huelga de hambre de 28 días que logró exponer públicamente la represión interna y forzar la restitución de derechos básicos dentro de la prisión de Peterborough.
Su acción provocó una ola de solidaridad internacional: presos políticos en Estados Unidos, como Casey Goonan y Malik Muhammad, se sumaron en huelga de hambre solidaria, denunciando la persecución global contra quienes apoyan a Palestina.
“Sabemos que no se trata solo de recuperar un trabajo o un privilegio dentro de prisión”, declaró Hoxha entonces, “sino de afirmar nuestra dignidad y rechazar el silencio que el Estado intenta imponernos”.
Su victoria parcial inspiró a decenas de compañeras y compañeros a planificar una acción colectiva más amplia, capaz de romper el aislamiento y visibilizar el vínculo entre represión interna y colonialismo global.
La prisión como territorio de lucha
El movimiento palestino ha hecho del encarcelamiento un espacio de resistencia. A lo largo de la ocupación sionista, miles de presos palestinos han recurrido a huelgas de hambre colectivas, uniendo sus cuerpos en una lucha común contra la deshumanización.
De la misma forma, los presos irlandeses de 1981, los militantes sudafricanos del apartheid o los prisioneros de Guantánamo han demostrado que el cuerpo del prisionero puede convertirse en un arma política cuando todos los demás medios de acción han sido arrebatados.En palabras del líder palestino Ahmad Sa’adat, secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina:
“De Ansar a Attica, de Lannemezan a Nafha, la prisión no es solo un lugar de encierro, sino un campo de batalla donde el oprimido se enfrenta al opresor.”
La huelga de hambre de los presos por Palestina en Reino Unido se inscribe en esa misma tradición de dignidad. Es una afirmación de vida y de humanidad frente a la deshumanización colonial y carcelaria.
Una llamada urgente a la solidaridad internacional
Las organizaciones Prisoners for Palestine y CAGE International han dado al gobierno británico hasta el 24 de octubre para responder a sus demandas. Si no lo hace, el 2 de noviembre comenzará la huelga.
Desde Samidoun Red de Solidaridad con los Presos Palestinos hacemos un llamado a todas las organizaciones, movimientos y personas solidarias a amplificar la voz de quienes hoy resisten tras los muros de las cárceles británicas, a presionar a las autoridades y a denunciar la criminalización de la solidaridad con Palestina.
“Después de que nos vayamos, ¿qué diréis que hicisteis? ¿Estuvisteis con nosotros en nuestra lucha o conformasteis el mismo sistema que nos llevó a la muerte?”, escribió el mártir irlandés Patsy O’Haradurante su huelga en 1981.
Hoy, esas palabras resuenan con fuerza desde las prisiones del Reino Unido hasta las celdas de la ocupación en Palestina.
Los presos y presas por Palestina nos interpelan a todos: su resistencia es un espejo de nuestra responsabilidad colectiva. -
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El infierno es un lugar muy pequeño
27 d’octubre, per Nadia27/10/2025Fuente:Etiquetas:La idea del infierno nace con las primeras civilizaciones como aquel lugar para el castigo ubicado en el inframundo. Un lugar que, aunque hay ido cambiando por la influencia de diferentes culturas y religiones, siempre ha sido representado como un espacio de tormento y sufrimiento eternos. En la actualidad, comparar algo con el infierno es evocar algo doloroso, penoso, angustiante, y torturante. Si pensamos en el mundo carcelario, el averno, serían las situaciones de aislamiento penitenciario.
“El infierno es un lugar muy pequeño”, de hecho, es un libro1 que recopila los testimonios de hombres y mujeres que están o estuvieron presos en régimen de aislamiento en las prisiones de Estados Unidos (el país que más personas encarceladas tiene en el mundo). Los textos que se recogen describen los efectos devastadores que el confinamiento solitario provoca en sus mentes y cuerpos. Sin embargo, también describe la solidaridad expresada entre individualidades que viven unas al lado de las otras durante años sin encontrarse nunca cara a cara. En esta situación límite siempre están presentes los espectros de la locura, el suicidio, y la lucha por mantener la esperanza y la humanidad frente a la soledad forzada y la privación paralizantes. Los relatos recogidos se complementan con las voces de otras personas que desde su profesión pueden constatar los devastadores efectos en la salud física, mental y emocional.
Pero no tenemos que irnos muy lejos para encontrar otros testimonios igualmente aterradores en nuestros países. Las narraciones de las experiencias vividas en las secciones de aislamiento en las prisiones por todo el mundo son un potente grito de angustia de hombres y mujeres enterrados en el fondo del pozo. Aislar física y socialmente a las personas (apartarlas de la compañía de otras), reducir cualquier tipo de estimulación sensorial y ambiental (encerradas en lúgubres cubículos con apenas actividades) y arrancarlas el control sobre casi todos los aspectos de la vida cotidiana (no tener autonomía y estar estrechamente vigiladas) son lo que caracteriza este encierro dentro del encierro. Algunas de las experiencias que esta forma de maltrato y tortura generan dicen que:
Es volverse invisible. Mualimm-ak escribe que las personas en aislamiento “se vuelven desesperadas por tener contacto con otro ser humano […] Al perder ese contacto, se pierde el sentido de identidad. Uno se convierte en nada. Eso es lo que quiero decir cuando digo que me volví invisible incluso para mí mismo”.
Es como estar muerto en vida. Jacques Merine lo definía como lo más parecido a estar en una lápida a la que, de tanto en tanto abrían la tapa para comprobar si aún continuabas respirando.
Es volverse loca. Miguelina así lo vivió: “Estás todo el tiempo sola. Sentía angustia, llanto. Me estaba trastornando, como viendo cosas que no había, ya hablaba sola. Estaba como enloqueciendo, porque ya creo que pensaba tonterías, hablaba sola, y nunca había nadie”.
Es animalizarse. Santi relata como en esa situación era inevitable animalizarse, al mismo tiempo que imprescindible para sobrevivir. “Te obligan a renunciar a la humanidad y acabas convirtiendo el odio en pura pulsión”.
Es desear morirte o acabar suicidándote. Javiera así lo contaba: “No tienes donde mirar, todo igual, solo la pared y el muro. Entonces empiezas a pensar, a pensar, a pensar y eso te va deprimiendo. Es algo para lo que una tiene que prepararse psicológicamente. Porque hay personas que le afectan, que no son tan fuertes como otras y les afecta, o sea, salen medio mal o, incluso, … no salen”.
La lacra de los suicidios en las prisiones es otra realidad silenciada. Estar en aislamiento, además, es un factor de riesgo que incrementa la posibilidad de llevarlo a cabo.
Visibilizar estas situaciones es una forma de romper los muros y asomarnos al abismo que supone imaginar el encierro desde el encierro. En tiempos donde estamos cuestionándonos nuestra propia humanidad ante el genocidio en directo del pueblo palestino me arrogo la pregunta: ¿Cómo afecta a nuestra humanidad deshumanizar a otras personas hasta tal punto que les permitimos vivir en condiciones degradantes incluso para cualquier animal, y hacerlo en nombre de nuestra propia seguridad y bienestar?
1 https://solitarywatch.org/new-book-hell-is-a-very-small-place-voices-fro...
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Nace el canal «La Brigada Machado»
26 d’octubre, per adiospgou26/10/2025Fuente:Etiquetas:El canal de YouTube La Brigada Machado es un proyecto dedicado a la recuperación y divulgación de la memoria histórica de la guerrilla antifranquista en Cantabria. El canal reúne y difunde material recopilado por Antonio Brevers, investigador que durante años ha documentado testimonios, fotografías, entrevistas y estudios sobre los grupos de resistencia que actuaron en la posguerra. El objetivo de este proyecto es preservar y compartir este valioso patrimonio histórico, haciéndolo accesible al público general y a futuras generaciones.
Las personas que llevan esta importante iniciativa nos invitan a difundirla. Es por ello que se agradece toda difusión posible y animamos a todas las personas que lean esta información, el apoyo en dar a conocer este proyecto audiovisual que contribuirá a mantener viva una parte esencial de nuestra historia reciente.
A continuación exponemos los 3 capítulos que hasta ahora se han publicado y podéis encontrar en el canal.
La Brigada Machado. Memoria viva - Capítulo 1: El devocionario
En este primer capítulo de la serie “La Brigada Machado. Memoria viva”, presentamos un nuevo aporte documental sobre la figura de Juan Fernández Ayala, conocido como Juanín, mítico guerrillero antifranquista. El relato se centra en un devocionario que, tras los sucesos de Pandébano y la muerte de Ceferino Roiz, “Machado”, quedó abandonado en Sotres (Asturias), justo en el momento en que la Brigada Guerrillera adoptó su nombre de lucha: la Brigada Machado. Este devocionario pasó finalmente a manos de Antonio Brevers, autor de los libros “Juanín y Bedoya” y “La Brigada Machado”, quien, en su investigación, recibió una revelación sorprendente de un sacerdote lebaniego que conoció personalmente a Juanín: el guerrillero era creyente. Un aspecto de su vida que añade una curiosa dimensión a su historia de lucha y resistencia. Acompáñanos en este primer episodio de “La Brigada Machado. Memoria viva”, donde exploramos esta faceta inédita de la vida de Juanín y su legado en la lucha antifranquista.
En este primer capítulo de la serie “La Brigada Machado. Memoria viva”, presentamos un nuevo aporte documental sobre la figura de Juan Fernández Ayala, conocido como Juanín, mítico guerrillero antifranquista. El relato se centra en un devocionario que, tras los sucesos de Pandébano y la muerte de Ceferino Roiz, “Machado”, quedó abandonado en Sotres (Asturias), justo en el momento en que la Brigada Guerrillera adoptó su nombre de lucha: la Brigada Machado. Este devocionario pasó finalmente a manos de Antonio Brevers, autor de los libros “Juanín y Bedoya” y “La Brigada Machado”, quien, en su investigación, recibió una revelación sorprendente de un sacerdote lebaniego que conoció personalmente a Juanín: el guerrillero era creyente. Un aspecto de su vida que añade una curiosa dimensión a su historia de lucha y resistencia. Acompáñanos en este primer episodio de “La Brigada Machado. Memoria viva”, donde exploramos esta faceta inédita de la vida de Juanín y su legado en la lucha antifranquista.
La Brigada Machado. Memoria viva | Capítulo 2: La foto.
En este episodio descubrimos la historia de una fotografía mítica de la guerrilla antifranquista en la que aparecen Ceferino Roiz Sánchez, Machado, Juan Fernández Ayala “Juanín” y, posiblemente, Ramón Manjón. Una imagen clave en los orígenes de la Brigada Machado. En el video conocerás:
Cómo llegó la foto a manos de Antonio Brevers.
La investigación para localizar el lugar exacto donde se tomó.
-La sorprendente difusión internacional que alcanzó esta imagen.
El misterio sobre su autoría.
Una pieza esencial para comprender la memoria histórica de la resistencia antifranquista en la montaña y la lucha de quienes se enfrentaron al franquismo.
La Brigada Machado. Memoria viva | Capítulo 3: El Hado
En este nuevo episodio, continuación de “La Foto”, Antonio Brevers reflexiona sobre las sincronicidades, las casualidades imposibles y ese “Hado” misterioso que a veces parece guiar una investigación cuando todo parece detenido. A través de su testimonio, descubrimos cómo una serie de coincidencias inesperadas llevaron finalmente al hallazgo del lugar exacto donde se tomó la mítica fotografía de la guerrilla antifranquista —gracias a la intuición y la ayuda de Delia Guardo Verdeja, quizá instrumento de ese destino invisible. En el video conocerás:
• Cómo un hilo de casualidades reactivó una investigación estancada.
• El papel decisivo de Delia Guardo Verdeja en el descubrimiento.
• La conexión entre azar, intuición y memoria histórica. Una reflexión sobre el papel del destino en la búsqueda de la verdad, y una nueva pieza en la reconstrucción de la historia de la resistencia antifranquista en la montaña.
Links:
[1] https://www.youtube.com/@BrigadaMachado
[2] http://www.losdelmonte.com/ -
La justicia restaurativa afrofeminista es una práctica anticolonial
25 d’octubre, per Nadia25/10/2025Fuente:Etiquetas:La primera vez que un hombre me dijo que me fuera a mi país tenía ocho años. Nadie intervino. Nadie lo detuvo. Era principios de los 2000 y aún no sabía que ese momento se iba a quedar pegado en mi memoria como saliva seca. Como una advertencia: este país puede escupirte en cualquier momento, y nadie va a mirar.
Ahora tengo 29 años y ese hombre, probablemente, no se acordará. No recordará mi cara. Pero yo no he olvidado que se me rompió algo, ni que desde entonces aprendí a vivir sabiendo que mi dignidad no estaba garantizada. El daño del racismo antinegro no deja huella en quienes lo provocan, pero marca la piel y la memoria de quienes lo resistimos. Y ese no fue el único episodio.
En la adolescencia enfrenté bullying racista en el instituto. Y siendo adulta formas más sutiles y más íntimas: vínculos donde el racismo y la misogynoir no se nombran pero se sienten, comentarios sobre el cuerpo, silencios que incomodan, fragilidad blanca que se ofende cuando nombras el daño. Espacios donde decir la verdad cuesta relaciones, trabajos, pertenencia.
Con todo esto conocí el concepto de justicia restaurativa, no como una teoría, sino como una necesidad vital. Escribir desde ahí, desde el cuerpo, desde la herida, es una forma de decir “yo también tengo derecho a sanar”. No todo puede restaurarse, pero al menos debería poder nombrarse. Porque el silencio no es neutral. Y la no reparación también es una forma de violencia.
¿Cómo hablar de justicia cuando no hay verdad reconocida? ¿Cómo restaurar una herida que nunca fue vista ni nombrada? ¿Qué pasa con las niñas negras que fuimos cuando los agresores ni siquiera reconocen el daño que dejaron? ¿Qué pasa cuando las personas blancas se resisten a ver su lugar en un sistema que sostiene la necropolítica, que administra nuestras vidas como desechables? ¿Qué pasa cuando se nos sigue negando la complejidad de ser vecinas, estudiantes, madres, trabajadoras, personas con agencia y se nos reduce a un monolito racial? Nombrar el daño también es eso: reconocernos como no humanas en un mundo que insiste en vernos como otras, sostener nuestra alteridad como imprescindible para seguir vivas.
Porque no es solo lo que me pasó a mí, es lo que nos sigue pasando. Es lo que le pasó a Mahamedi, asesinado en la comisaría de policía en Montornès. Es lo que le pasó a Mamouth Bakhoum, el mantero senegalés que murió al huir de la policía y lanzarse al río en Sevilla. Es lo que le pasó a Abdoulie Bah, disparado por la policía en Canarias. Y a quienes fueron masacrados en la frontera sur en el Tarajal y Melilla. Es lo que nos pasa cada vez que el Estado criminaliza los cuerpos negros. Cada vez que se justifica el perfilamiento étnico-racial. Cada vez que se mata y se archiva.
¿Qué pasaría si el dolor de una niña negra agredida en la calle no se leyera como anecdótico, sino como un síntoma estructural de un país que nos quiere desechables? ¿Qué pasaría si las muertes de hombres negros no se asumieran como errores, sino como el resultado de una necropolítica que administra nuestras vidas como prescindibles? ¿Qué pasaría si en lugar de reducirnos a víctimas o cifras se reconociera nuestra humanidad entera: ser vecinas, estudiantes, trabajadoras, madres, personas con deseo, con proyectos, con agencia? ¿Qué pasaría si en vez de pedirnos pedagogía, las personas blancas se sentaran a escuchar y a reconocer el daño sin cuestionar nuestra complejidad ni nuestra capacidad de narrarnos?
Yo quiero hablar de esperanza, de la posibilidad de abrir procesos de restauración. Y, para eso, lo primero es reconocer el daño y sus consecuencias. Ese reconocimiento no puede ser parcial ni superficial: tiene que ser estructural, sistémico e histórico. Tiene que nombrar el racismo antinegro, la misogynoir, la islamofobia, las políticas migratorias, el control policial, el silencio mediático, la indiferencia institucional. Y, sin embargo, me pregunto: ¿queremos realmente ser reparadas por el Estado? Porque para sanar hacen falta condiciones reales: derecho a la regularización, acceso garantizado a la salud mental, posibilidad de pagar el alquiler sin vivir ahogadas, empleos dignos donde no se reproduzca la misogynoir, redes comunitarias afro donde mirarnos sin miedo. No hay restauración sin dignidad, y no hay dignidad sin derechos.
¿Qué significa hablar de justicia restaurativa en clave afrofeminista?
No se puede hablar de justicia restaurativa sin antes nombrar el daño. Y el daño, aquí, no es solo lo que me pasó a mí. No es solo el escupitajo que recibimos mi hermana y yo a la salida de una mezquita cuando éramos niñas. Es el daño colectivo y sistémico. Fueron las vidas que se masacraron en el Tarajal y en Melilla. Fueron los cuerpos encerrados en los CIEs, los abusos policiales, los golpes que no llegan a los telediarios. Los pactos migratorios. Fueron las muertes impunes. Fueron Mahamedi, Abdoulie Bah, Mamouth Bakhoum, y tantas otras personas negras asesinadas o empujadas a la muerte por un sistema que no ve nuestros cuerpos como vidas que importan.
Hablar de justicia restaurativa no puede ser un ejercicio teórico ni amable. Tiene que ser una respuesta política al silencio, a la negación, a la no reparación. La justicia restaurativa es una forma de abordar el daño que prioriza la reparación por encima del castigo. No se pregunta qué norma o ley se ha incumplido, sino qué ha pasado, a quién se ha dañado, y cómo se puede reparar. Pone en el centro a las personas afectadas, reconociéndolas como sujetas autónomas, con saberes, con derecho a decidir si quieren o no iniciar un proceso. Implica a la comunidad. Rechaza la neutralidad. Busca transformar los vínculos. Y se basa en la escucha activa, la participación, la verdad, el cuidado y la no repetición.
Esto, dicho así, puede sonar abstracto. Pero cuando lo bajo a tierra, aquí, en el Estado español, no me parece nada abstracto. Aquí es donde las muertes se archivan. Aquí donde el perfilamiento racial no es una excepción, sino rutina policial. Aquí es donde hablar del racismo antinegro sigue pareciendo incómodo, exagerado, inoportuno. Aquí es donde el dolor de una niña negra escupida se considera anecdótico y las muertes en frontera se justifican como errores trágicos.
¿Cómo podemos hablar de restauración cuando ni siquiera hay reconocimiento del daño? ¿Cómo se acompaña a una persona negra cuando el Estado niega que violenta? ¿Cómo sostenemos procesos justos si quienes tienen poder se resisten a mirarse? ¿Cómo se construye una justicia distinta si nos falta tiempo, recursos y redes porque estamos precarizadas?
Fania Davis, abogada, activista afrofeminista y una de las principales referentes en justicia restaurativa, lleva décadas sosteniendo esta práctica desde una raíz política, espiritual y comunitaria. En 2005 fundó Restorative Justice for Oakland Youth, una organización que trabaja en escuelas y barrios para frenar la criminalización de la juventud negra y construir alternativas de justicia que no dependan del castigo ni de las instituciones punitivas.
Davis dice que “hacer justicia no es castigar, sino sanar, restaurar y transformar”. Y también advierte de que la justicia restaurativa no puede quedarse en una herramienta para resolver conflictos individuales. Si no enfrenta las estructuras que producen el daño (el racismo, el patriarcado, el capitalismo), entonces no es justicia, es otra forma de sostener el sistema.
Yo me lo pregunto desde aquí, desde el cuerpo de una mujer negra, afrodescendiente, hija de migrantes soninké y diakhanké que vive en el Estado español. Porque aquí, hablar de justicia restaurativa en clave afrofeminista es un acto de resistencia. No queremos pedagogía impuesta, queremos verdad. No queremos una reconciliación forzada.
No todo puede ni debe restaurarse. Forzar a participar, silenciar el dolor, cerrar en falso, revictimizar, instrumentalizar… eso no es justicia. Eso es violencia maquillada.
Por eso, cuando yo hablo de justicia restaurativa, no hablo de suavidad. Hablo de una práctica anticolonial. De una ética que mira el daño sin disfrazarlo. Hablo de crear procesos que devuelvan poder y dignidad. Que no repitan la herida. Que escuchen de verdad. Hablo de una justicia que no se mide en sentencias, sino en romper y transformar lo que conocemos.
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||ALERTA|| Vuelo deportación COLOMBIA 05-11-25
24 d’octubre, per adiospgou24/10/2025Fuente:Etiquetas:||ALERTA|| Vuelo deportación COLOMBIA 05-11-25
Confirmamos que el miércoles, 5 de noviembre, habrá un vuelo de deportación con destino Bogotá (Colombia). Aunque las redadas y las citas trampas a comisaría pueden suceder a lo largo y ancho de todo el Estado, el vuelo saldrá de Madrid.
Esta alerta no tiene por objetivo atemorizar a la población, sino al contrario, aportar información a todos los vecinos y vecinas para que puedan actuar y organizarse colectivamente. Por ejemplo,
- Denunciando intensamente las redadas policiales de las que sean testigos (pues suelen producirse en el espacio público y en los medios de transporte).
- Teniendo cuidado, aquellas personas en situación irregular con un expediente de expulsión abierto o con una notificación de expulsión previa, con las citas a comisaría sin motivo aparente o «para firmar» (acompañándose siempre que sea posible por un abogado, y en todo caso avisando a alguna persona conocida para que esté atenta y pueda reaccionar en caso necesario).
- También, intensificando la campaña a las compañías que realizan las deportaciones en vuelos macro (antes operados por Air Europa, en la actualidad Air Nostrum y Evelop -aerolínea de Ávoris, la división de viajes del Grupo Barceló-), por vía marítima (Transmediterránea, Balearia y Algérie Ferrie) o en líneas comerciales regulares (por ejemplo, Iberia, Air Europa o en vuelos de Air Maroc a Marruecos).
- Por último, desplegando redes de cuidado entre las vecinas y vecinos, difundiendo este mensaje en las redes sociales, imprimiendo el cartel para realizar pegatinas para el metro, paradas…
*Para que estas alertas sirvan al objetivo propuesto -y no como una herramienta de miedo- es importante que si difundes esta información dejes claro en todos los canales el día exacto del vuelo, para que la alerta no se siga propagando después del vuelo en cuestión. Toda la información actualizada en este blog, en Twitter en @Stopdeportacion, en Bluesky en @stopdeportacion.bsky.social y a través de los hashtags #AlertaVuelo y #StopDeportación.





