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5 de maig, per Miguel Arróniz -
El papel del trabajo en la transformación del hombre ¡en mono!
5 de maig, per Miguel Arrónizhttps://www.facebook.com/marcelo.colussi.33https://www.facebook.com/Marcelo-Colussi-720520518155774/https://mcolussi.blogspot.com/https://www.instagram.com/marcelocolussi8En el año 1876 Federico Engels presentaba su ensayo «El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre» *. Explicaba ahí cómo el trabajo cumple la histórica misión de ir creando un ser cualitativamente nuevo a partir de una especie anterior. Es decir: el trabajo como actividad creadora comenzaba a transformar la naturaleza y abría un capítulo novedoso en la historia. Nunca hasta ese entonces -dos millones y medio de años atrás según lo que hoy día las ciencias arqueológicas pueden establecer- un animal había modificado consciente y productivamente su entorno. La actividad de las hormigas, de las abejas o de los castores, grandes «ingenieros» por cierto, no puede ser considerada una acción laboral en sentido estricto. Todas estas especies repiten desde tiempos inmemoriales su carga genética, no inventan nada nuevo, no se «desarrollan» y jamás, desde hace millones de años, evolucionaron en la forma de realizar su producción (los hormigueros o los panales son iguales desde siempre). Fue cuando nuestros ancestros descendieron de los árboles y comenzaron a tallar la primera piedra cuando puede decirse que hay «trabajo» en sentido humano, como actividad creadora, como práctica que transforma el mundo natural y va transformando al mismo tiempo a quien la lleva a cabo. Y desde que arrancó esa primera actividad con el primer homo habilis -en África, en lo que hoy es el norte de Tanzania- la evolución ha sido continua y a velocidades cada vez más aceleradas. En esa perspectiva, entonces, el papel del trabajo -como lo afirmara Engels- ha sido fundamental: fue la instancia que «creó» al ser humano. Pasamos de monos a seres humanos por el trabajo.
Es en esa lógica que tiene sentido entonces lo dicho por Hegel: «el trabajo es la esencia del ser humano». Gracias al trabajo dejamos de ser monos, nos civilizamos, dejamos atrás el mundo animal y fuimos construyendo un ámbito enteramente simbólico: fue quedando modulado / superado / «pervertido» el instinto reemplazándose por la cultura.
La historia del ser humano, en definitiva, es la historia en torno a cómo fue organizándose ese acto tan especial, tan fundamental y definitorio que es el trabajo. Desde que nuestra especie pudo producir más de lo que necesitaba para sobrevivir, desde que hubo excedente, empezaron los problemas. Alguien -el más fuerte, el más listo, el más sinvergüenza, no importa- se apropió del excedente y surgieron las diferencias de clase social. Y así venimos hace ya varios milenios, a los tropezones, entre luchas a muerte entre poseedores y desposeídos, entre guerras y violencia («la violencia es la partera de la historia» dijo Marx). Los que quedaron como propietarios en esta lucha de clases -sean amos esclavistas, casta sacerdotal, señores feudales, o más recientemente burguesía industrial, accionistas, banqueros, etc.- no ceden ni un milímetro de sus privilegios. Por otro lado, las grandes mayorías perjudicadas, que son los verdaderos productores de la riqueza social, los auténticos trabajadores -esclavos, campesinos pobres, obreros industriales, asalariados de toda laya (inclúyanse ahí los trabajadores intelectuales), etc.- arrancan beneficios y mejoras en sus condiciones de vida sólo a través de una lucha denodada contra sus opresores. Esa es la dinámica de la vida social. Si el trabajo es la esencia de nuestra existencia, tal como están las cosas lo menos que puede decirse es que sea placentero para las enormes mayorías trabajadoras. Mientras el trabajo siga siendo explotado por alguien -enajenado, para decirlo con el término de los clásicos, alienado- seguirá siendo una pesada carga para quien lo hace.
Esa es la historia de los trabajadores a través de estos 10.000 años desde que podemos reconstruir medianamente la historia: quien realmente produce, quien trabaja y crea la riqueza de las sociedades, está excluido de su aprovechamiento. Parece mentira que pequeñas minorías sean las que se apropian del producto del trabajo de enormes mayorías, pero esa es nuestra historia como especie. Hasta ahora no parece muy cierta esa máxima de «el trabajo hace libre», perversamente instalada en el campo de concentración de Auschwitz donde miles y miles de judíos fueron forzados a trabajar como esclavos hasta su muerte por los nazis, y no solo para la industria militar, sino también para grandes compañías alemanas, que luego silenciaron ese oprobio (Krupp, BASF, Bayer, Hoechst, Siemens). En estas condiciones de sociedad con clases sociales, ¿de qué nos libera el trabajo?
El mundo moderno basado en la industria que inaugura el capitalismo hace ya más de dos siglos ha traído cuantiosas mejoras en el desarrollo de la humanidad. La revolución científico-técnica instaurada y sus avances prácticos no dejan ninguna duda al respecto. Si bien es cierto que en los albores de la industria moderna las condiciones de trabajo fueron calamitosas, no es menos cierto también que el capitalismo rápidamente encontró una masa de trabajadores que se organiza para defender sus derechos y garantizar un ambiente digno, tanto en lo laboral como en la vida cotidiana. El esclavismo, la servidumbre, la voluntad omnímoda del amo van quedando así de lado. Los proletarios asalariados también son esclavos, si queremos decirlo así, pero ya no hay látigos.
Ya a mediados del siglo XIX surgen y se afianzan los sindicatos, logrando una cantidad de conquistas que hoy, desde hace décadas, son patrimonio del avance civilizatorio de todos los pueblos: jornadas de trabajo de ocho horas diarias, salario mínimo, vacaciones pagas, cajas jubilatorias, seguros de salud, regímenes de pensiones, seguros de desempleo, derecho de huelga. A tal punto que para 1948 -no ya desde un incendiario discurso de la Internacional Comunista decimonónica o desde encendidas declaraciones gremiales- la tibia Asamblea General de las Naciones Unidas proclama en su Declaración de los Derechos Humanos que «Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure una existencia conforme a la dignidad humana. Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.» Es decir: se consagran los derechos laborales como una irrenunciable potestad connatural a la vida social.
Vemos así que hacia las últimas décadas del pasado siglo esos derechos ya centenarios podían ser tomados como puntos de no retorno en el progreso humano, tanto como cualquiera de los inventos del mundo moderno: el avión, el televisor o la computadora. Por cierto, estos avances sociales no son sólo patrimonio socialista: las conquistas laborales son ya mejoras de la humanidad toda. Pero las cosas cambiaron últimamente. Cambiaron en forma demasiado drástica, a gran velocidad. Y cambiaron a favor de las pequeñas minorías que manejan el mundo perjudicando a la mayoría de la población mundial, al amplio campo de los trabajadores.
Con la caída del bloque soviético hacia fines del siglo XX el gran capital se vio triunfador. En realidad no fue que terminó la historia ni las ideologías: ganaron las fuerzas del capital sobre las de los trabajadores, lo cual no es lo mismo. Ganaron, y a partir de ese triunfo comenzaron a establecer las nuevas reglas de juego. Reglas, por lo demás, que significan un enorme retroceso en los avances sociales que mencionábamos. Los ganadores del histórico y estructural conflicto -las luchas de clases no han desaparecido, aunque no esté de moda hablar de ellas- imponen hoy más que nunca las condiciones, las cuales se establecen en términos de mayor explotación, de pérdidas de conquistas por parte del mundo de los trabajadores. En otros términos, a fines del siglo XX y comienzos del XXI se llegó a condiciones de vida como en el XIX. La manifestación más evidente de este retroceso es la precariedad laboral que vivimos, la que se presenta disfrazadamente con el oprobioso eufemismo de «flexibilización» laboral.
Todos los trabajadores del mundo, desde una obrera de maquila latinoamericana o un jornalero africano hasta un consultor de Naciones Unidas, graduados universitarios con maestrías y doctorados o personal doméstico semi analfabeto, todos y todas atraviesan hoy el calvario de la precariedad laboral («flexibilización», para usar el término de moda).
Aumento imparable de contratos-basura (contrataciones por períodos limitados, sin beneficios sociales ni amparos legales, arbitrariedad sin límites de parte de las patronales), incremento de empresas de trabajo temporal, abaratamiento del despido, crecimiento de la siniestralidad laboral, sobreexplotación de la mano de obra, reducción real de la inversión en fuerza de trabajo, son algunas de las consecuencias más visibles de la derrota sufrida en el campo popular. El fantasma de la desocupación campea continuamente; la consigna de hoy, distinto a las luchas obreras y campesinas de décadas pasadas, es «conservar el puesto de trabajo». A tal grado de retroceso hemos llegado, que tener un trabajo, aunque sea en estas infames condiciones precarias, es vivido ya como ganancia. Y por supuesto, ante la precariedad, hay interminables filas de desocupados a la espera de la migaja que sea, dispuestos a aceptar lo que sea, en las condiciones más desventajosas. Así las cosas, no se ve por ningún lado que el trabajo «nos haga libres».
Según datos de Naciones Unidas 1.300 millones de personas en el mundo viven con menos de un dólar diario (950 en Asia, 220 en África, y 110 en América Latina y el Caribe); hay 1.000 millones de analfabetos; 1.200 millones viven sin agua potable. En la sociedad de la información y la comunicación, la mitad de la población mundial está a no menos de una hora de marcha del teléfono más cercano. Hay alrededor de 200 millones de desempleados y ocho de cada diez trabajadores no gozan de protección adecuada y suficiente. Lacras como la esclavitud (¡esclavitud!, en pleno siglo XXI: la Organización Internacional del Trabajo reporta cerca de 30 millones), la explotación infantil o el turismo sexual continúan siendo algo frecuente. El derecho sindical ha pasado a ser rémora del pasado. La situación de las mujeres trabajadoras es peor aún: además de todas las explotaciones mencionadas sufren más aún por su condición de género, siempre expuestas al acoso sexual, con más carga laboral (jornadas fuera y dentro de sus casas), eternamente desvalorizadas («¿Tu mamá trabaja? No, es ama de casa»… ¿?). Según esos datos, también se revela que el patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares -que pueden caber en un Boeing 747- supera el ingreso anual combinado de países en los que vive el 45% de la población mundial. Trabajar, pareciera, no libera de mucho. Por eso, ante ese trasfondo patético, resalta como una más que apetecible salida ser deportista profesional, o narcotraficante. Ser mafioso ya no queda tan mal; se gana bien y no se trabaja… Incluso se puede tener fama y gloria, y con suerte… ¡hasta se aparece en las revistas de farándula! ¡O en las listas de Forbes!
En definitiva: en las condiciones en que el gran capital ha comenzado este nuevo milenio con un triunfo a escala planetaria que lo hace sentir imbatible, el trabajo, en todo caso, más bien nos transforma en monos, nos torna más animales. Y ante ello se ofrece como una salida infinitamente más atractiva para cualquier trabajador el negocio del narcotráfico: se gana mucho más trabajando muchísimo menos.
Pero la historia no está terminada. Creer eso es tan arrogante como la equiparación de «Hombre» con «Ser Humano», tal como decíamos al principio del texto.
Estas últimas décadas fueron de retroceso para los trabajadores, ello es evidente.
Pero la lucha sigue. Nadie dijo que la lucha fuera fácil. Si miramos la historia queda claro que sólo con enormes sacrificios se van cambiando las cosas. Y sin dudas, aunque hoy pareciera que nos acercamos más al mono debido a estos retrocesos sufridos, de nosotros, de nuestras luchas depende recuperar el terreno perdido y seguir avanzando más aún como trabajadores, y como especie, en definitiva. Recordemos las palabras de Neruda: «podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera».
Por tanto, hoy como ayer, y quizá más que nunca: «Trabajadores de todos los países: ¡uníos!»
Nota
* «Die Rolle der Arbeit bei der Menschenwerdung des Affen», en realidad, mal traducido, pues el texto de Engels habla de la «humanización» (Menschenwerdung) del mono, y no equipara «ser humano» (Mensch) con Hombre, lo cual, como pasa con la traducción de marras, no deja de repetir el modelo de arrogancia machista: la especie «Ser Humano» (Mensch) está compuesta por hombres… ¡y mujeres!
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¿Todo en la vida es cuestión de medida?
5 de maig, per Miguel ArrónizSi se quiere, la ninfomanía puede ser considerada como otra forma de virginidad. L. DURRELL (Justine)
Oír con los ojos es una de las agudezas del amor. TH. MANN (Shakespeare, en Doktor Faustus: 65)
Cuando todo lo que me rodea es hermoso, no puedo aburrirme. ERIC ROHMER (Jérôme, en La rodilla de Claire, p.151)
El Ciclo de tributo a Lars von Trier, desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños, vía Cine-Club Al Filo del Tiempo, termina con Nymphomaniac Vol. 1 (2013), aunque, en próxima entrega, se retomará el Vol. 2. Cuyo título, se aclara, es Ninfomaníaca y no el sustantivo Ninfomanía, ya que se trata de la historia concreta de una ninfómana: llamada A o Alex o Joe o Hey Joe (1) (por el tema de Hendrix, del tipo que va con una pistola en la mano a matar a su novia que se metió con otro tipo: la diferencia estriba en que Joe lleva la pistola en la cabeza y no piensa matar a nadie, puesto que sus balas son de salva), mujer que sufre más el trastorno psiquiátrico típico del exceso de apetito o deseo compulsivo sexual, casi siempre sin que medie un lazo afectivo. Joe padece lo que se llama hipersexualidad, voz aceptada así no figure en el manual DSM-5 (2) ni caiga dentro de la apetencia (RAE), sino más bien de la incontrolabilidad, que la lleva a ser adictiva y a designarse una mala persona.
Además, ese carácter hipersexual e incontrolable es lo que la lleva a invisibilizarse, anularse, esconderse y a estar acompañada en la crisis por depresión, ansiedad, sentimiento de culpa y angustia, displacer e insatisfacción, en sus innúmeras relaciones sexuales. La ninfomanía no es de suyo un trastorno, ya que no figura con diagnóstico propio en el manual de elección en psicología y psiquiatría ya citado, que permite categorizar los trastornos y por eso Joe no se porta como tal, sino como alguien víctima de desmesura, descontrol e insaciabilidad sexual. Razón de peso para poder comprender que la mujer accidentada o violentada, no se sabe, del inicio, que descubrió su coño a los dos años y, unos más tarde, supo que era ninfómana (bueno, a esa edad nadie lo sabe, dice su salvador), necesita descubrir lo que para Shakespeare era una necesidad o algo de lo que no se puede prescindir: Todo en la vida es cuestión de medida. Para ello, falta aún revelar esa red de sorpresas que en el filme es la Caja de Pandora.
Toda vez que coño es una palabra muy pesada, como se dice al inicio del CAP. UNO: EL PESCADOR COMPLETO, que parte de esa biblia de la naturaleza que para Joe es el libro Complete Angler, de Izaak Walton, como relata a Seligman, con quien comparte su lectura. En adelante, alternan flashbacks sobre la niñez y adolescencia de Joe con citas del adulto que la acogió, Seligman, y el relato de Joe ya adulta, encarnada por Charlotte Gainsbourg, hija de Serge Gainsbourg (el cantante que no cantaba) y Jane Birkin (la recordada figura del cine erótico y también porno) pues quien hace su papel de joven es Stacy Martin. Ésta considera que en el filme Trier quiso ‘representar la feminidad’ (3), aunque la verdad el cineasta hace mayor énfasis en la sexualidad femenina, vía pornografía antes que erotismo. Aunque tal vez lo que más le interesa es hurgar en la mente de Joe, para que sea ella misma la que desentrañe sus vericuetos y líos con vaginas, penes, culos: incluso con raros/grotescos mènage a trois…
Porque es usual que dos espontáneos/as se acuesten con alguien del sexo opuesto: lo que no, es que dos amantes quieran fornicar con la misma Joe, y entre ellos, já. Para completar lo absurdo, la esposa del amante mayor presencia la reunión en compañía de sus tres hijos, con lo cual, sólo en caso de ser eso posible, se trataría de un mènage a trois doble: ¿habrase visto tal esperpento? La madre de Joe se llamaba Katherine, y su padre, a quien la niña amaba, solía decirle Kay, para su hija ‘una perra sin corazón’ que jugaba solitario. En gimnasia subía a la cuerda con ella entre las piernas: le decía la ‘sensación’ y recuerda con claridad la palabra. La diferencia con otras personas es que requería colores más espectaculares cuando el sol se ponía: era su único pecado. Flashback: A, de niña, observa el libro Nervus pudendus (Nervio púbico). Nervus dorsalis clitoria (Nervio dorsal del clítoris). Al crearse el fresno puso celosos a los otros árboles del bosque: era el más hermoso/fuerte, en fin, el árbol del mundo.
Sí, en la mitología nórdica. Y el papá de Joe recuerda a Odín, quien se colgó de un fresno nueve días para adquirir conocimientos. Cuando en invierno se decía que ‘el fresno se quemó los dedos’ era fácil reconocerlo por sus brotes negros. También, le enseñó a Joe que las hojas del limonero al inicio eran redondas; luego, a raíz del episodio en que un cazador asesinó a la loba y sus cuatro cachorros, las hojas fueron en forma de corazón. De aquí se infiere que así responde el amor al odio, la esperanza a la desesperanza, la vida a la muerte. Ya lo dijo Kurosawa: ‘No puedo odiar a nadie. No tengo tiempo’. Joe, en su retiro, no tiene tiempo ni para ella misma. Por eso, cuando le pregunta si lo aburre con su historia, Seligman dice ‘para nada’, más bien está ansioso por saber en qué para lo de la pesca en su historia. Empieza con la mosca en la pared, la Ninfa, que combinaría con elegancia en torno a su discusión sobre la ninfomanía. Una ninfa es la etapa temprana en la vida de un insecto. Joe era una joven ninfa.
Así, era imperativo deshacerse de su virginidad. Entonces, reaparece el probable vínculo entre el cine de Trier y la literatura de Durrell, nada gratuito en mi concepto. Joe conoció a un tipo llamado J, por Jerôme, tipo sofisticado, 15 años, con moto, de ahí que sus expectativas románticas con él fueran algo altas. Además, tenía buenas y fuertes manos. Flashback: ¿Puede provenir la ninfomanía de una relación no satisfecha, máxime luego de ver la cifra 3+5 en pantalla? Quizás. Joe nunca olvidó esos dos números ‘humillantes’. Y J lo reitera: ‘3+5’. Humor maluco el de Trier. Parece (anti)humor de Varito: el de la violación de Claudia Morales. La ecuación toma un giro, al decir Seligman: Esos son números de Fibonacci (4). O la secuencia en que cada número es la suma de los dos anteriores. Para Joe puede ser, pero duele como el infierno. Por lo dicho: la insatisfacción con el joven motero y su carburador dañado, que lo daña a él para luego dañarla a ella. Juró que no dormiría con nadie de nuevo.
Vuelve a la pesca. Dos años después, Joe está con su amiga B, y como siempre tiene una nueva idea financiada por el cerdo/alcancía de su hermanito, que vacía con cierta frecuencia. Así vino la ropa Para tirar ya, idea unida a la del viaje en tren. En la mirada de Joe, de perfil al tren, se adivina su insatisfacción: de ahí que la ninfomanía sea, es probable, otra forma de virginidad. Es decir, resulta imposible la idea opuesta: la satisfacción del acto sexual; de ahí su terrible soledad, parquedad, furia tácita: la que su rostro tumefacto refleja. El que contrasta con la cara virginal de Joe, joven (Stacy Martin) y la que para ciertos críticos resulta un desatino del casting, pero, antes bien, deriva en un acierto frente al deterioro, más que físico, metafísico de Hey Joe, esa mujer que dispara a diestra y siniestra, sin matar a nadie: apenas a sí misma, silente, lacónica, sin pedir ayuda de nadie. Por eso se ignora por qué al inicio está en el piso, en ese edificio suerte de humedal de ladrillo donde cae la nieve del descontento…
Para B o Betty, no habría necesidad de tener boletos. Quien tirara con más tipos antes de llegar a destino, ganaría chocolates. Una dulce recompensa, para una incierta victoria. Seligman la interrumpe para decirle si estudiaba el río, mientras iba por el pasillo. No en vano, justo suena Born to Be Wild, de Steppenwolf. Según Seligman, la mayor parte de los grandes peces permanece protegida de la corriente, para ahorrar energía y ocultar a la presa. Esconderse en ella, implica una jerarquía muy complicada. La topografía decide sobre los mejores lugares, y el pez más grande elige las mejores posiciones. Una metáfora de la disputa sexual entre Joe y Betty. Al quedarse sin clientes, se pasan a 1ª Clase. Suceso hilarante: B le rompe en la cara los boletos al cobrador. Un adulto se ofrece a pagarlos, pero aquél le pide guardar el suyo: ya la policía se hará cargo de estas dos… ¡puticas!, así no lo diga. Pero, ante el dios dinero, el cobrador les entrega dos tiquetes de 1ª Clase para dos damitas ¡de 1ª Clase!
B le ofrece a Joe cinco puntos extras si se echa al sujeto que pagó. Ella decide hacerlo, un poco por desesperación dado que la única cosa que se le interpone, para ganar los dulces, es provocar a ese hombre. Voz en off de Seligman a Joe: ¡Excelente! Una provocación. Cuando todo instinto falla, una dramática provocación puede hacer que un pez del todo pasivo, muerda el anzuelo. Y pone el ejemplo del salmón y la trucha, que aun sin hambre de modo instintivo reaccionan a una provocación, para el caso no una mosca, pero sí algo brillante y colorido en movimiento, de preferencia rojo, como el short que Joe exhibe. Debería estar puesto frente a los peces: el mejor es el llamado arma finlandesa o Rappala. Joe quería descubrir por qué no había mordido el anzuelo y usar sus virtudes psicológicas, lo que en su opinión B no poseía en igual grado. El adulto compró en la estación un regalo a su esposa, pero ¿por qué no uno más decente?, pregunta Joe, al que antes elogió por parecer muy rico…
Quizás lo hizo por estar apurado para llegar a casa. ¿Por qué el repentino afán? Su esposa y él no han podido tener hijos y si quieren tenerlos ha de ser ya. Su esposa lo llamó para decirle que ha comenzado a ovular y que su máxima fertilidad es, justo, esa noche. He ahí la razón por la que no quiso tirar con ellas: ¿así que se guarda su esperma para la semana?, pregunta Joe, antes de joderlo con que su mujer y él están a una edad en que todo esfuerzo para que ella quede en embarazo deba tomarse muy en serio. La vanidad retada sale a flote: ‘Ahora la calidad de mi esperma alcanzó el máximo’, le dijeron y la provocación surte efecto. Es decir, la felación que Joe le hace al modesto arrogante, hace que ella reciba los dulces como premio por llegar primera al Alto de Príapo. Flashback. Seligman, parece traer a Proust: ‘En tu caso no es el gusto de pastel Madelaine, con té de flores de lima, aunque sí una mezcla de chocolate y esperma’. El sexo oral, a ojos de los pescadores, se convirtió en el arma finlandesa de Joe.
Flashback. Voz en off de Joe: ‘¿Es tu único comentario?’ Y guarda de niña el libro de Izaak Walton, El pescador completo. ¿Qué más quiere Seligman que le diga? Que actuó mal, que sus actos la muestran como un ser humano terrible, como dijo al inicio. Pero, él no lo ve así. Al contrario: como una buena y graciosa historia, para nada triste o cargada de pecados. En efecto, liberadora, por vía del arte. Lo más eficaz para darle forma al dolor. Como es hablar sobre la Caja de Pandora, esa fuente de sorpresas que es la mujer. Pero, ella insiste en que de forma consciente usa y daña a los Otros, por bien o placer de su propia satisfacción. Y lo que va hasta ahora, apenas empieza a sugerirlo. Como quien dice, sin decirlo, que el daño recibido lo paga o devuelve con otro daño. Por eso su ninfomanía es eso: la manía de la Ninfa. Origen del desquite, pero no a propósito ni con gusto, sino como una revancha frente a la impotencia. Seligman le pondera su encanto y el humor al contar la historia. No apuntaba al relato trágico.
Ni parecía el inicio de algo así. Bueno, así es Joe. Flashback. Siempre le gustaron los escalofríos al inicio de la fiebre, que permitían el pronto arribo de la enfermedad. Joe descubrió su poder como mujer y lo usó sin ninguna estima por los demás. Algo para ella por completo inaceptable. El protector considera que como ella necesita dormir, no habrá más historias. Como no sabe ni su nombre, él dice: Es Joe, y añade: Soy Seligman o aquél que es feliz, y recibe un rugelach, postre judío que se sirve con un tenedor para pastel. Es también judío de origen y aunque ha dicho que no es religioso, dice que su bisabuelo, sí. Y aclara que siempre han sido ‘antisionistas, pero no antisemitas, como ciertos poderes políticos tratan de convencernos’ (hoy serían Trump, Netanyahu y Milei), como dijo Trier para sacarse el clavo de aquella vez en Cannes cuando se declaró pro hitlerista y dijo: Yo de verdad quería ser judío, pero entonces descubrí que era realmente un nazi… (5). Ahora, Joe pasa a hablar de J.
CAP. DOS – JERÔME. El viaje en tren aumenta el apetito de Joe; luego, con B iniciaron un club: La pequeña culiada y cantaban frente a un muro: Mea vulva. Mea máxima vulva, en vez de la judeo/cristiana Mea culpa. Mea máxima culpa. B tomó la iniciativa, por ser la más audaz del grupo, y a quien Joe, cuando la observa a la vez la oye con los ojos, que en concepto de Shakespeare y su soneto es una de las agudezas del amor (6). Además, B fue criada como católica, de ahí su mea culpa: lo primero que enseña la religión, para meter miedo y crear dependencia y sometimiento. Joe está segura de que aquélla conoce las prácticas de la Iglesia Católica. Seligman: Es interesante. Blasfemous Satánico. La música; el intervalo entre B y F, o Bach y Fibonacci, obvio. Es un tritono. El intervalo del diablo. Y se ve la partitura. A propósito del nexo religión/ecuaciones quizás valga recordar el Doktor Faustus, de Mann, quien basado en Adorno desarrolla una vasta teoría musical y vincula la teología y la música.
En una de las cartas que Adrian Leverkühn, le dirige a su profesor de órgano Wendell Kretzschmar, dice: ‘Mi fe luterana me hace considerar la teología y la música como esferas vecinas e íntimamente emparentadas y a mí personalmente la música se me ha aparecido siempre como una mágica combinación de teología y álgebra’. (7) El precursor del tritono o intervalo del diablo en la música clásica (por contemporánea a perpetuidad, no por otra cosa: v. gr., prejuicio de nobleza) es Beethoven, quien, para Mann, vía Adorno: ‘Hizo del tritono el canto melódico de toda tonalidad dada y los tonos correspondientes a este adorno fueron [llamados] señores, mientras los demás quedaban relegados a la categoría de sirvientes. (8) Lo raro sería que al tritono la Iglesia lo hubiera llamado ‘el intervalo de Dios’. Uno de tantos que intenta seducir a B le dijo todo sobre Kierkegaard y quiso echársela tras cinco minutos de sus tonterías. Ella, como pretexto, le dijo que tenía la regla, tomó su pene y lo masturbó…
Era como decirle que no echara tanta paja. Aunque para ella era una verga horrible, eso se vio compensado con que, al sacarla, se desmayó, pero funcionó al final. ‘Los universitarios son un asco’, concluye B. Su mensaje iba para los hombres: era tirar y tener derecho a estar arrecha. Pero, hubo una rebelión contra el amor, porque no se les permitía tener novios, dice Joe, ni coger con el tipo más de una vez: se comprometieron a combatir las fijaciones de la sociedad sobre el erotismo. Aquí B revela a Joe su epifanía: ‘El ingrediente secreto para el sexo, es el amor’. Secreto archisabido. Aunque para Joe el amor era lujuria, añadida a celos. Todo el resto, un disparate. Por cada cien delitos hechos en nombre del amor, apenas uno era en nombre del sexo. Joe estudia medicina con su padre, al poco tiempo abandona y pasa a buscar trabajo. Joe es nombrada secretaria frente a Liz, su celosa/envidiosa rival, por Jerôme, el motero con el carburador dañado que ahora es la J en M & J Morris Ltd. Ahora, lo gracioso.
La secuencia en la que Joe le dice a c/u de los tantos con que fornica: es mi primer orgasmo. Uno de ellos debe admitir que muchos dicen eso. Joe cree que el amor es ciego, o distorsiona las cosas, o es algo que nunca nadie pidió. Lo erótico era algo que ella exigió de los hombres. Pero, este estúpido amor. Me sentí tan humillada con la deshonestidad que siguió. Lo erótico es decir que sí. El amor apela a los bajos instintos, envuelto en mentiras… [Parece decir aquí el antiguo Hollywood y su actual susti(p)uto, Netflix]. ‘¿Cómo decir sí cuando quieres decir no y viceversa?’ Y dice sentir vergüenza por aquello en que devino pues estaba fuera de su control. Su padre decía: Los troncos desnudos, son las almas de los árboles. Mientras, ella pensaba que dichos troncos son los símbolos fálicos de la Naturaleza. Luego de Jerôme, reaccionó agresiva e intensificó su cacería de los hombres e inventó el país de las grandes vergas negras, con el que desarrolló desde su orilla un estudio morfológico de los genitales.
CAP. TRES – Mrs. H. Joe, rápido se rinde al intentar recordar todos sus lazos con hombres. Optó por el dado para responder: si sacaba uno: respuesta muy cariñosa; si dos: no muy apasionada, mas aún positiva; y así hasta cinco: completo rechazo. Si seis: sin respuesta. El truco del juego radicaba en su preocupación por los nexos individuales. Cuando requería consuelo y paz, cogía su herbario y miraba las flores del fresno, el álamo, el limonero. Llega la comedia/drama, absurda, pero no kafkiana, de H y Mrs. H con sus tres hijos: la renuncia materna al auto y la decisión de montar con el trío de vástagos en bus público. Luego, se pone nerviosa al ofrecer té, pero más por el mènage a trois, bis, que se viene. Con gran humor Mrs. H confiesa que, en ese sentido, sí falló. Joe responde a Seligman que para nada la afectó ese hecho en su vida: No se puede hacer un omelet, sin romper algunos huevos. La ninfomanía para ella era insensibilidad, de ahí que pase a ser otro ser víctima de la costumbre.
A propósito del relato de Seligman sobre Poe y su postrero delirium tremens, Joe declara que también sabe lo que es un delirium, una de las secuencias más perturbadoras del filme que, a propósito, integra la Trilogía de la Depresión, junto a Anticristo (2009) y Melancolía (2011), como su tercera y última parte. El médico y padre de Joe está recluido en un hospital. Están juntos y ella le cuenta que peleó con su madre, Kay, esa ‘perra cobarde y asquerosa’. Su padre disiente, aunque a la vez entienda que no se soporten. Entonces, él le dice que ha visto a muchos morir, y cita a Epicuro, todo sobre si le tiene miedo o no a su mujer, como sobre no temer a la muerte: ‘Cuando existimos, la muerte aún no ha llegado. Cuando llega la muerte, ya no existimos’. Esto es, no le teme a su mujer y no hay que pensar en la muerte, salvo para estar más cerca de la vida, ser más conscientes del valor de existir. Si compara a Bach con su historia, Joe recuerda un tópico crucial de la ninfomanía que con frecuencia se pasa por alto.
Y es que la relación entre ellos, Bach y la ninfomanía, es el sexo. Seligman pregunta si son la perfección completa. Joe pone como ejemplo el apretón de manos. Si, como dice Bob Marley, todos nos diéramos las manos, nadie podría sacar la pistola. Ni siquiera Joe, que la lleva cargada a toda hora, menos mal que con balas de salva. Bueno o malo, el apretón de manos es símbolo de firmeza, soltura, solidaridad. Todo para decir, que una ninfómana se ve como alguien que no está satisfecha y entonces tiene sexo con muchas personas diferentes. Lo que viene a ser otra forma de virginidad, inocencia, pureza. Hecho cierto para Joe, aunque a la vez se ve como la suma de todas estas diferentes experiencias sexuales. Así que, de tal forma, sólo tiene un amante: en conclusión, una manera distinta de ser casta, sin pertenecer a una casta, tal vez sí a una escuela. A una escuela de connotaciones musicales, la de las tres voces, que al mismo tiempo le permite a Joe hablar de tres amantes, con sus distintas virtudes.
CAP. CINCO – THE LITTLE ORGAN SCHOOL. A las tres voces de la música Joe responde con tres amantes. El bajo es fácil: F compró un auto rojo. Por tener sexo con siete u ocho tipos cada noche, para Joe el calendario se complicaba y todos debían tener citas precisas. F, buen hombre, si estaba programado para las diez, llegaba a las nueve y parqueaba en la calle. Siempre sonrió al verlo. Muchas veces se apiadó y le daba café, mientras acababa la anterior. Difícil decir por qué eligió hablar de F, pero reconfortaba pues sabía lo que quería al tener sexo, había telepatía. Sin palabras, él sabía lo que quería, dónde tocarla y qué hacer. Su objetivo más sagrado era el orgasmo de Joe. Le concedía ventajas que a ningún otro daba. F era el bajo, monoteísta, predecible y ritualista, no había duda de ello. G era bastante diferente. Al único que tuvo que esperar y quería… Cuando aparecía y le abría, no entraba muy rápido: tampoco el gato, como si una vez que la puerta esté abierta tuviera todo el tiempo del mundo.
Pero, él era más que un gato, una especie de jaguar, leopardo (o puma, aunque no se diga). Se movía como ellos, lo que la excitaba. Cuando Joe yacía en su cama, era claro que tenía que acercarse a él y no a la inversa. Y cuando lo tocaba, era sin reparos, ya que sus reacciones eran impredecibles: como las de una mujer, lo que va sin ser dicho por Joe. Lo anterior significa que F estaba a cargo de todo. Así es como era. La vida de Joe, en consecuencia, era monótona y sin sentido, como sus caminatas al parque. Igual que los movimientos de un animal enjaulado, básicamente, dice Joe, todos estamos a la espera de permiso para morir. Bueno, sobre todo, después de cierta edad, ¿verdad? Antes no, porque, como dicen los viejos, nadie muere la víspera: además, ya se dijo que mientras viva, nadie sabe de la muerte y ya en ella, no hay reencarnación que valga. Y vuelve la historia de Jerôme, sobre la que no sin razones Seligman repara: que muchas coincidencias en el trabajo y en el parque, con las fotos.
‘¡Que extraña forma de encontrarte!’, dice Jerôme. Joe asiente. Él estaba allí en el bosque porque acababa de pelear con su esposa. Con ira rompió las fotos, las que Joe recogió, al inicio casi sin ganas y que él había tomado al viajar. Flashback. Vuelve la idea: B le dice a Joe: ‘El ingrediente secreto para el sexo, es el amor’. La tercera voz, el ingrediente secreto: CANTUS FIRMUS. Rellena todos mis agujeros, pide Joe con sutileza a Jerôme. En medio del éxtasis, del clímax, del orgasmo de Jerôme, Joe le dice, con amargura, que no puede sentir nada. Bien sabe que si lo hermoso la rodeara a diario no podría aburrirse: pero, sus recuerdos desagradables superan cualquier ánimo o voluntad de cambio. Y llora y exclama: ¡No puedo sentir nada! He ahí el problema esencial de la ninfomanía: frente a tantos amantes, a tantos polvos con tantos amantes, ella resulta víctima de la insensibilidad. Todo en la vida, recuerda Shakespeare, es cuestión de medida: un poco más, un poco menos, pero eso sí nada en exceso.
De ahí que la ninfomanía, por adición de materia, no por sustracción de la misma, resulte siendo, por contraste, un sucedáneo de la virginidad, o viceversa. El 23.abr.2021, Día de la Lengua, anoté en mi FB…I, algo que quizás tenga que ver con lo que plantea Hey Joe en Ninfomaníaca, porque es el sujeto, y no Ninfomanía, porque no es el mal de orden mental, sobre el ingrediente del sexo: ¿Será que todo amor es suicida o que todos somos suicidados por el amor? Que entre el diablo del tritono y escoja, porque el dios del Nervio púbico (o: de la mujer lo mejor es su flor. Es, a saber: la intercolumnia flor, León de Greiff dixit) (9), no va a resolver el dilema. Joe no se acoge al amor: lo enfrenta. De ahí deriva su malestar, bronca, rechazo a sí misma y por ahí derecho insatisfacción, insaciabilidad, hiperlascivia que la llevan a la lucha, al conflicto, al deterioro personal. Sus relaciones no son de placer sino displacer y no le producen goce sino nostalgia y aburrimiento, lo que la hunde en la desdicha.
En conclusión, Ninfomaníaca, antes que un drama sobre la supuesta enfermedad es un filme porno y un thriller psicológico, una reflexión desde la biología, la Naturaleza, los prejuicios y atavismos sobre la sexualidad femenina y, más allá, la condición humana. Una charla entre una mujer y un hombre a partir de los libros que lleva a revelar secretos y misterios, certezas y dudas, alegrías y tristezas de los seres humanos. El que Joe se considere una pésima mujer no es algo baladí o gratuito, sino el efecto de la inmanencia histórica sobre la conciencia personal y colectiva de la condición femenina. Feminus viene del latín fe o creer y minus o menos, esto es, la mujer, y no el hombre, es de poca fe, así no es sorpresa que a través de la Historia se le vincule a ella con el Diablo, los espíritus abominables, la brujería. De ahí la caza de brujas del medioevo, los miércoles de quema de mujeres y gatos (negros, ante todo) en las plazas públicas de París durante la Revolución (1789), el aumento del feminicidio hoy.
Más que ninfomaníaca Joe es en la práctica hipersexual, mal que, curioso, no aplica para hombres (satiriasis). La noción del pecado ha sido, a través de la Historia y de la histeria machista, patriarcal y andro/falo/céntrica, cosa de mujeres. Los nexos religión y música, Fibonacci y Bach, Poe y delirium tremens, Bach y ninfomanía, que Trier aborda en el filme, pese a sus desvíos y laberintos, tienen aciertos. Los que permiten ampliar los de Dios/coito (Anticristo: una pareja tiene sexo, mientras su hijo Nick cae por la ventana) teología/álgebra, pintura y números (ver Melancolía de Durero [10]: Trier filtra los cuadros y saca ideas [11]), música y culto, demonio y lujuria, en fin, maldición de la carne y esclavitud del sexo, como hechos atribuidos en exclusiva a las mujeres. Para empezar, la figura del diablo es más próxima al pueblo (= el infierno se toma de modo más simbólico que el cielo) que el emblema de dios en la Tierra: la soberana Majestad, es decir, Rey y Papa, sucedáneos de la divinidad…
Según la Biblia, Dios permitió a las brujas el coito como ejercicio de amplia influencia, tanto por la vulgaridad visible del acto en sí, como de la vileza que el primer hombre transmitió a la Humanidad en modo pecado original: del cual, en últimas, fue culpable la mujer. Una de ella es Joe, quien quizás por eso lleva nombre de hombre y se considera pésima por pecadora del coito en exceso. El Ángel a Tobías: El demonio se apodera de aquellos que se abandonan a la lujuria. La teología, y su derivada la religión, tiene relación directa con el álgebra, y sus elementos los números, así como estos con la pintura, como puede verse en un cuadro emblemático: el citado de Durero, que alude a la Bilis negra del Medioevo, a cifras y aparatos que atañen al # Pi (3.1416), a la proporción áurea y al Cuadrado Mágico, en el que la suma de toda fila es 34. (12) Joe vive entre la melancolía y la parálisis, producto de un triste delirio, aunque no sea tremendo, como el de Poe, porque ella no es escritora ni, tampoco, alcohólica.
Ahora bien, la música ha sido, sobre todo, asunto de hombres y para hombres, y sus músicos, elegidos a dedo por la nobleza y el clero: por eso, v. gr., Bach, aun con su exceso de hijos con varias mujeres fue aceptado por el coro de áulicos universal, mientras Vivaldi, por tener cinco esposas, fue condenado y excluido y se le llamó Il prete rosso o El cura rojo, como si además fuera comunista. Mientras, a las mujeres se les marginó de nobleza, clero y música. Y ya que el filme habla tanto de Bach, la fuga hace parte de una fase litúrgica de la música, de la cual Beethoven, v. gr., romántico y clásico, estaba muy alejado: en últimas, Maestro de un periodo profano durante el cual la música se liberó del culto y pasó a la cultura. No obstante, esa liberación no fue total ni definitiva: las misas del XIX, escritas para salas de concierto, la música espiritual de Palestrina, Brahms y Wagner (Tristán e Isolda es parte de Melancolía, de Trier), evidencian los añejos nexos, nunca rotos del todo, entre música y culto.
Antes del fin, dice Mann: ‘si bien el Hombre, en sus dos formas, era un ser sexual, y [aunque] la localización del demonio en los riñones se aplicaba mejor al hombre que a la mujer, la maldición de la carne y la esclavitud del sexo eran [en exclusiva] atribuidas a la mujer y así se llegó al apotegma: Una hembra hermosa es como un anillo en la nariz de una cerda (13). ¡Qué no se ha dicho desde antaño sobre la mujer! Eso lo sabe Joe, quien antes que pésima es una mujer a la que la sociedad maldijo e hizo esclava del sexo al impedirle el libre ejercicio de la personalidad. Todo lo dicho se remite al apetito por la carne relacionado con la hembra, no mujer, de tal manera que lo carnal en el hombre es también de cuenta de la mujer. Por eso Joe se recrimina a diario, no aguanta su propia ropa existencial, lava sus penas en la artesa de la conciencia, conciencia lastimada por una sociedad que no tolera sus decisiones hasta que la hunde en el error: uno por el cual, todo en la vida, ha sido una cuestión de desmesura.
A Santiago y Valentina, quienes un día me hicieron regresar de la desmesura a la medida, sin apotegmas.
A Marthica, quien con Blanquita supo cuál es la única desmesura que no ofende a nadie: la de cuidarla…
A los Cinéfilos, de quienes tanto he aprendido la medida de las cosas, que igual intento transmitir siempre.
Notas, enlaces y bibliografía:
(1) https://paradigma40pec.com/el-dsm-5-que-es-y-para-que-sirve/
(3) https://www.filmlinc.org/daily/nymphomaniac-vol-i-stacy-martin-lars-von-trier/
(4) https://matematix.org/formula-de-fibonacci/
(5) https://www.youtube.com/watch?v=V0GrzsIMQXg
(6) https://sp_sp_citas.es-academic.com/1422/William
(7) MANN, Thomas. Doktor Faustus. Seix Barral / Oveja Negra, Bogotá, 1985, 270 pp.: 139.
(8) Íbidem, Seix Barral / Oveja Negra, 1985, 270 pp.: 71.
(9) https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2014/11/luis-carlos-munoz-sarmiento-leon-de.html
(11) https://www.youtube.com/watch?v=YdOOIRlwl_w
(13) Íbidem, Seix Barral / Oveja Negra, 1985, 270 pp.: 113.
FICHA TÉCNICA: Título original: Nymphomaniac. En castellano: Ninfomaníaca. País: Dinamarca / Alemania / Francia / Bélgica. Año: 2013. Gén.: Porno / Drama / Thriller psicológico. For.: 35 mm; color y b/n; 148 min. Versión comercial: 117 min. Dir. y guion: Lars von Trier. Prod.: Peter Aalbæk Jensen / Vicente Montesinos. Mús.: Rammstein. Fot.: Manuel Alberto Claro. Mon.: Molly Malene Stensgaard. Int.: Joe (Charlotte Gainsbourg); Seligman (Stellan John Skarsgård); Joe, joven (Stacy Martin); Jerôme (Shia LaBeouf); K (Jamie Bell); Padre de Joe, médico (Christian Slater); Madre de Joe (Connie Nielsen); L (Willem Dafoe); Camarero (Udo Kier); Mrs. H. (Uma Thurman); B o Betty (Sophie Kennedy Clark). Prod.: Zentropa / Les Films du Losange. Dist.: Central Partnership / Gutek Film / Artificial Eye / Aerofilms / Magnolia Pictures. Estudio: Zentropa / Heimatfilm. Premios: Premios Robert: ocho premios, entre ellos: Mejor Película, director, guion original. Estreno: 25.dic.2013.
Luis Carlos Muñoz Sarmiento (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y jazz, catedrático, corrector de estilo, traductor y, sobre todo, lector. Fundador y director del Cine-Club Andrés Caicedo en 1984. Colaborador de El Magazín EE, 2012; columnista, 2018. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, se lanzó en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por MLK: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Siete ensayos sobre los imperialismos – Literatura y biopolítica, en coautoría con Luís E. Soares, publicado por la UFES, Vitória (Edufes, 2020). El libro El estatuto (contra)colonial de la Humanidad, producto del III Congreso Int. Literatura y Revolución, con su ensayo sobre MZO y Changó, el gran putas, lo lanzó UFES, 20.feb.21. Invitado por Pijao al Encuentro Nal. de Narrativa vista desde las Regiones (Ibagué, 1º a 4 nov.23) Invitado por UFES al Congreso Literatura, Soberanía Nacional y Multipolaridad (Vitória, 25.nov.23). El 14.abr.2025 se publicó en Brasil su libro La Fábrica de Sueños – Ensayos sobre Cine (Calaméo, PDF, 482 pp., Colección Libros Imposibles). Autor en ARC, Rebelión, Magazín de EE, Las2Orillas y traductor/coautor, con Luis E. Soares, en dichos medios. Director del Cine-Club Al Filo del Tiempo, que se emite desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños. E-mail: lucasmusar@yahoo.com
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¿Es China una amenaza?
5 de maig, per Miguel ArrónizEs bastante sabido del salto innovador tecnológico e industrial de China en apenas 47 años, sin embargo, generalmente poco se sabe en occidente de su historia y filosofía pacifista de más de 700 años antes de Cristo. Las dos escuelas que más han tenido influencia en su pacifismo hasta hoy en China y otras sociedades asiáticas son el confucionismo y taoísmo.
El taoísmo enseña, “Las armas son instrumentos nefastos, odiadores por todos los seres. Quien posee el recto sentido no quiere saber nada de ellas”. El confucionismo cree que la paz se conseguirá a través de la educación. Una de sus frases más famosa es “No hagas a nadie lo que no te gustaría que los demás de hagan a ti”. Aunque no es muy conocida la filosofía moísmo iniciada por el pensamiento de Mozi (480-390 a.c.) condena las guerras tanto desde el punto de vista moral como utilitario. Sin olvidar el budismo, que destaca la importancia de la paz. Todas ellas han ejercido gran influencia en la tradición China.
Desde el punto de vista histórico China no ha disparado un solo tiro fuera de su frontera desde una breve batallas en Corea del Norte en 1950 y Vietnam en 1988. Actualmente no tiene interés en confrontaciones militares, ideológicas ni expansionismos, su principal preocupación es mejorar la vida de su enorme población. No practica el excesivo proteccionismo comercial y el ultranacionalismo como el presidente de EEUU Donald Trump. Pekín no obliga a nadie a comercializar, ni prohíbe hacerlo con otras naciones, al contrario de Washington que trata por todos los medios de impedir que otros países tengan relaciones con China. China tampoco interviene en asuntos internos políticos de otros países. Una guerra militar entre EEUU y China sería impensable, llevaría a la destrucción de ambos países.
En 1949 (hace 76 años) durante la guerra civil el ejército nacionalista huyó hacia la isla de Taiwán. Nunca la provincia ha sido bombardeada e invadida por parte de Pekín, pese el apoyo y provocaciones de EEUU para asegurar el mercado de los semiconductores taiwanés e intereses geopolíticos de la región. China sostiene el principio de “Una sola China” (China y Taiwán). Este principio lo reconoce el derecho internacional, la Organización de las Naciones Unidas y el mismo EEUU; éste último, al menos en teoría. Trump durante su mandato (2017-2021) intensificó la ayuda militar a Taipéi sin embargo en febrero criticó la isla porque presuntamente “robó” la industria de semiconductores y dijo que debería pagar por su defensa.
China tenía para el 2024 aproximadamente 500 ojivas nucleares, mientras EEUU tenía en el 2023 cerca de 5,000 ojivas nucleares. China, tiene una sola base militar en Yibuti, en el Cuerno de África, en cuanto EEUU tiene 904 bases militares en 95 países. Para el 2024 el presupuesto chino en defensa fue de 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), a su vez EEUU en el 2023 destinó en defensa alrededor de 3,5% de su PIB. De acuerdo a estos datos nos preguntamos, en estos momentos, ¿quién representa una verdadera amenaza para la paz?
Por la naturaleza de este texto dejamos pendientes otros tópicos. Como hemos mostrado China por sus filosofías pacifistas e historia no representa una verdadera amenaza militar; no al menos por ahora. También como demuestra el analista militar Roger Cliff en su estudio, ver referencias, China está fortaleciendo su complejo militar. Gran parte de su historia contemporánea ha sido pacífica, a diferencia de otras potencias. Quiere la cooperación comercial, el desarrollo y la paz. China siempre pondrá por delante la diplomacia y la negociación, a menos que otra nación represente una real amenaza a su soberanía e integridad territorial.
Referencias
Cliff, R. (2020). O Poderio Militar Da China; avaliação de suas capacidades atuais e futuras. Editorial Biblioteca Do Exército: Rio de Janeiro.
Jacques, M. (2012). When China Rules the World; the end of the western world and the birth od a new global order. Editorial Penguin Books: US.
García, J. (2022). China Amenaza o Esperanza; la realidad de una revolución pragmática. Editorial Akal: México.
Ríos, X. (2020). Taiwán. Editorial Popular: España.
Woodward, J. (2017). The US vs China; Asia’s new cold war? Editorial Manchester University Press: Great Britain.
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¿Quiénes son los hutíes y cómo se han convertido en un factor geopolítico en Oriente Próximo?
5 de maig, per Miguel ArrónizDesde tiempos muy antiguos los geógrafos romanos dividieron la península arábiga en tres grandes regiones: la Arabia Pétrea, la Arabia Deserta y la Arabia Félix. La Arabia Pétrea es una región agreste al norte de la enorme península (la más grande del mundo), mayormente semiárida y árida que abarca desde Siria, Jordania, la Palestina histórica y parte del Sinaí. En esta región abundan las arenas y múltiples formaciones rocosas. La Arabia Deserta colinda al norte con la Arabia Pétrea y se extiende al sur hasta las míticas montañas del Hiyaz -donde surgió el islam- y el gran desierto del Rub al Jali que se compone fundamentalmente de arena en su vasta extensión. De ahí, su calificativo de “deserta”.
La República de Yemen, en el extremo suroeste de Arabia es, por antonomasia, lo que conocemos hasta el presente como la Arabia Félix. Su calificativo aludiendo felicidad tiene que ver con el hecho de que de las tres regiones arábigas esta es la única que posee un clima de mayor humedad y por tanto mejores abastos de agua, producto de los efectos monzónicos y de vapor de agua proveniente del Mar Rojo meridional. Precisamente en la parte centro-occidental de la frontera entre Yemen y Arabia Saudita se encuentra la gobernación yemení de Sa’dah. Allí surge el movimiento político Ansarolá (partidarios de Alá) en 1990. Esto ocurre simultáneamente a la unificación de la República de Yemen (norte) y la República Popular Democrática de Yemen (sur).
La división originaria de Yemen data de principios del siglo 20 y fue producto de la derrota del imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial. La parte norte de Yemen se convierte en 1918 en el reino de Yemen, mientras los británicos ocuparon la (geo)estratégica parte sur, donde se desarrolló una larga guerra de liberación en oposición al dominio británico. En 1967 Yemen del Sur logra su independencia. Aunque la división de ambos países precedió por mucho a la Guerra Fría, durante este periodo histórico ambas repúblicas asumieron partidos contrarios. La República de Yemen fue aliada a Occidente, mientras que la República Democrática Popular de Yemen desarrolló fuertes vínculos con la órbita de la disuelta Unión Soviética.
El longevo presidente de Yemen del Norte, Alí Abdullah Saleh, que había perdurado en el poder desde 1978 hasta la reunificación de 1990, se mantuvo en el cargo del nuevo Estado mientras que Alí Salim al-Beideh, del sur, fungió como jefe de gobierno. El Yemen unificado se convirtió en un Estado de tamaño mediano de 527,968 km2 y unos 34 millones de habitantes en vertiginoso crecimiento.
Los problemas con su vecino del norte
Desde tiempos muy remotos, los problemas entre la Arabia Deserta y la Arabia Félix no fueron nada extraños. Los beduinos nómadas que habitaban el gran desierto a menudo atacaban y robaban a los asentamientos en la Arabia Félix, en los cuales la fertilidad de los terrenos y la disponibilidad de agua brindaban bienestar. Sin embargo, en 1991 las hostilidades entre ambas regiones arábigas asumen un nuevo perfil. El reino de Arabia Saudita toma fuertes represalias contra la república yemení recién unificada. Los yemeníes se negaron rotundamente a formar parte en la Fuerza de Coalición (árabe-occidental) en la Guerra del Golfo contra Irak tras su invasión a Kuwait. Más de 800,000 ciudadanos yemeníes, muchos de ellos trabajadores visitantes, fueron expulsados forzosamente de Arabia Saudita y otras monarquías del Golfo Pérsico creando una crisis de envergadura en Yemen, el país árabe más pobre. La situación general se complicó mucho dando paso a luchas intestinas que desembocaron en una agria guerra civil donde los sujetos tribales jugaron un rol muy importante. Es en ese contexto que la tribu al-Houtí surge, crece y se consolida con rapidez con dos objetivos fundamentales a saber: luchar por su seguridad y contra los elementos corruptos del Estado yemení. La tribu de los hutíes -como a menudo se les llama por los medios occidentales- está mayormente compuesta por musulmanes zaidíes, los cuales son una minoría dentro de la minoritaria segunda gran rama del islam el chiismo. Se estima que un 35% de la población yemení son zaidíes.
Por otra parte, es importante mencionar que dentro del islam suní (la otra gran rama del islam) existen las corrientes wahabistas y salafistas, las cuales tildan y consideran tanto el zaidismo, como el chiismo en general, como apóstatas. En toda la península arábiga el zaidismo yemenita es una minoría que ha sufrido persecuciones y discriminaciones a granel.
La fundación de Ansarolá cambia la correlación de fuerzas dentro del país al introducir el islam político a un paisaje donde el nacionalismo árabe y el secularismo político habían dominado el escenario. La fundación y liderato de Anasarolá recae en los hermanos Hussein y Abdul Malik al-Houti. Desde entonces los hutíes solo han hecho dos cosas: crecer y fortalecerse, primero como un partido político y luego como brazo armado usando como inspiración la milicia chií libanesa Hizbolah, con quienes han mantenido una cercana relación, así como con la República Islámica de Irán.
Hussein Malik fue asesinado en 2004 durante unas multitudinarias protestas en contra del gobierno del longevo regente Alí Abdullah Saleh. La oleada represiva gubernamental asesinó cientos de personas. Su hermano Abdul lo sucede en la cúspide y a partir de entonces Ansarolá se radicaliza políticamente declarando enemigos al ‘imperialismo occidentalista”, al sionismo así como a todos los movimientos salafistas como El Estado Islámico y Al Qaeda que Arabia Saudita deliberadamente comenzó a infiltrar en Yemen. En el marco de las revueltas de la primavera árabe, Ansarolá utiliza las circunstancias a su favor y junto a otros sectores declaran la revolución yemení en 2011. En 2014, logran expulsar del norte de Yemen a los grupos salafistas financiados por los saudíes. El año siguiente toman la capital Saná, disuelven el parlamento y se convierten en la fuerza que domina gran parte del territorio yemení.
A partir de 2015, comienza un conflicto abierto no declarado contra Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos que ven en Ansarolá una amenaza geopolítica interna por su fuerte resolución política y por su cercanía con la República Islámica de Irán.

Mapa número 1- Territorio de Ansarolá en Yemen
Una coalición de las monarquías del golfo, junto a Estados Unidos y Reino Unido, bombardea a Yemen en múltiples ocasiones usando como pretexto apoyar al gobierno depuesto por Ansarolá. En varias acciones, las milicias hutíes demuestran su capacidad militar en la lucha asimétrica y logran asestar duros golpes a objetivos de infraestructura saudí y de los Emiratos Árabes Unidos, burlando sus sofisticadas defensas antiaéreas. Las conflictividades con los saudíes recesan a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, bajo la mediación de la República Popular de China. Hoy día se estima que el ejército de Ansarolá tiene entre 120,000 a 150,000 combatientes. La posición geoestratégica de Yemen al suroeste de la península arábiga le brinda un control geopolítico potencial muy grande sobre el vital estrecho de Bab el-Mandeb en el sur del Mar Rojo por donde de ordinario transita entre un 12% a 14% del comercio mundial.
El día 19 de octubre de 2023 comenzó la denominada crisis del Mar Rojo cuando el movimiento Ansarolá declara oficialmente la guerra a Israel en apoyo a la milicia de Hamás en Gaza y al pueblo palestino en general. Desde entonces la milicia yemení ha estado atacando sin cesar objetivos navales de Israel, Reino Unido y Estados Unidos ya sean estos militares o civiles, así como objetivos al sur de Israel. A consecuencia ha forzado a Israel a cancelar operaciones de sus únicos y más meridionales muelles en el mar Rojo. Nos referimos el estratégico puerto de Eliat, construido en 1957 precisamente para evitar que el intenso y creciente tráfico marítimo desde Oriente tenga que atravesar el históricamente convulso e inestable Canal de Suez en control de Egipto. Los ataques de las milicias yemeníes además han causado que cientos de embarcaciones se desvíen de la ruta del Mar Rojo en su rumbo a diferentes destinos en Europa. Estas desviaciones masivas han causado repercusiones notables con las cadenas de suministros globales entre oriente y occidente, las cuales no han podido estabilizarse del todo desde la pandemia del Covid 19. Además, los ataques selectivos de los Ansarolá a objetivos navales en el Mar Rojo han ocasionado no solo una gran inseguridad sino también pérdidas cuantiosas en el tráfico marítimo porque muchas de las grandes empresas transportistas mundiales optaron por el desvío de muchas de sus naves y retomaron la antigua ruta hacia Europa circunnavegando el Cabo de Buena Esperanza en el África meridional y de esta manera aumentando notablemente los costos del transporte. A pesar de la fuerte presencia militar naval de los Estados Unidos y el Reino Unido en el Mar Rojo, es evidente que no han logrado detener las acciones arrojadas de los yemeníes contra Israel y sus más estrechos aliados. Todo lo contrario, las milicias de Ansarolá han incluso atacado buques de guerra en múltiples ocasiones ocasionándoles serios daños a varios de los portaviones estadounidenses movilizados a la región con el objetivo de garantizar libre tránsito a través del Mar Rojo, cosa que ciertamente no han podido hacer efectivamente. Todo esto ocurre aun cuando tanto el Reino Unido como los Estados Unidos han bombardeado decenas de localidades yemeníes, pero todo parece indicar que no han logrado desarticular significativamente las capacidades militares de Ansarolá, atrincheradas en túneles y cavernas subterráneas del complicado macizo rocoso en las regiones que controlan. La incapacidad hacer daños significativos a través de los bombardeos angloamericanos ha llevado al presidente Trump recientemente a anunciar que estudian la posibilidad de una invasión y ocupación por tierra en Yemen. Esa acción luce muy incierta toda vez que los yemeníes convertirían entonces el conflicto en una guerra de guerrillas. Las acciones militares de este tipo en las que los Estados Unidos y sus aliados desde la guerra de Vietnam han sido extraordinariamente difíciles de manejar por sus inevitables altas perdidas en vidas y por ser un tipo de conflicto en donde la superioridad militar se neutraliza con facilidad.
Resulta muy ilustrativo indicar que previo a la escalada de la crisis del Mar Rojo, la Autoridad del Canal de Suez había publicado que precisamente en ese año de 2023 se había alcanzado la mayor tasa de tránsito de navíos que atravesaron el canal con 26,434. El intenso tráfico en la congestionada ruta le brinda al fisco egipcio la friolera de $10,300 millones de dólares en ese mismo año de 2023. Sin embargo, en una alocución pública reciente Abdelfatah al Sisi, presidente de Egipto, aseguró que su país había estado perdiendo unos $800 millones de dólares mensuales en 2024 a consecuencia de las interrupciones del tráfico marítimo en el Canal de Suez por las acciones de Ansarolá. Anunció también que durante este primer trimestre de 2025 166 barcos habían retomado la ruta dando así señales de recuperación paulatina. Así las cosas, vemos que las acciones de Ansarolá no solo han afectado a sus embarcaciones enemigas y a la navegación israelí, sino que también han afectado significativamente a Egipto.
Al momento de publicar este escrito, nos percatamos de una nota que acaba de aflorar en el panorama noticioso internacional. Medios no occidentales y alternativos reportan en una declaración en la que se asegura que el portaaviones USS Harry S. Truman ha sido puesto fuera de servicio ante los ataques que las milicias de Ansarolá vienen realizando contra este emblemático navío. Aunque estas informaciones no han sido confirmadas por fuentes occidentales, sí sabemos que este es el tercer portaaviones -desde el inicio de la guerra palestino-israelí- que entra en acción en el área del teatro de guerra después del USS Dwight D. Eisenhower y el USS Theodor Roosevelt, lo cual levanta grandes sospechas de que en efecto los daños constatados por ataques hutíes al Truman hayan causado la posible desactivación a esa embarcación. De cualquier modo, parece cosa del pasado aquellos tiempos en los que la mera aparición de uno de estos imponentes navíos frente a las costas de algún país adversario a los Estados Unidos era razón para causar una gran intimidación y pánico ante el sentido de incapacidad de semejante superioridad militar.

Mapa número 2 – Localización del puerto de Eliat al sur de Israel

Foto número 1 – Vista del puerto de Eliat
Carlos Ernesto Severino Valdez, Catedrático de geografía política , Universidad de Puerto Rico