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Sobre el Día del Trabajador en el Estado brasileño
dimecres 7 de maig de 2025, per
<https://desinformemonos.org/wp-cont...> Jóvenes participan en una manifestación en Florianópolis contra la semana laboral 6×1 y llevan una pancarta en la que se lee: «No voy a trabajar hasta que me muera». Noviembre de 2024. Créditos: Raphael Sanz.
No nos enseñaron en la escuela la Huelga General de 1917, que puso fin a la explotación de los niños en las fábricas. En 2025, los jóvenes luchan contra el régimen laboral conocido como la «escala 6×1».
Brasil es un país que no cuenta su historia a los niños y jóvenes en las escuelas. Desde la invasión portuguesa, que comenzó en abril de 1500 y se conoce como el «descubrimiento», hasta las innumerables revueltas de indígenas, africanos esclavizados, campesinos y obreros, ha habido una operación a gran escala para sanear los acontecimientos pasados de cara al comportamiento actual.
Uno de esos episodios que se nos oculta tuvo lugar en 1917. Fue una huelga general, organizada inicialmente en São Paulo por los trabajadores de la fábrica de algodón Rodolpho Crespi , en el distrito de Mooca.
A principios del siglo XX, las fábricas brasileñas estaban situadas principalmente en São Paulo y Río de Janeiro. Eran lugares donde se permitía el trabajo infantil, jornadas laborales de más de 14 horas diarias y otras prácticas que hoy se consideran análogas a la esclavitud. En 1917, al mismo tiempo que la Revolución Rusa, el movimiento obrero de São Paulo, de hegemonía anarcosindicalista, organizó una huelga general contra esas condiciones de trabajo que paralizó las mayores ciudades de Brasil y desencadenó una serie de campañas en los años siguientes contra la explotación capitalista.
Curiosamente, este movimiento es poco conocido. No se enseña en las clases de historia. Para conocerlo, hay que estar muy implicado en los movimientos sociales, escuchar la historia de alguien e ir a las fuentes. Y esto tiene una explicación.
En la década de 1930, con Getúlio Vargas [el caudillo brasileño] en el poder, se concedió la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT) como forma de apaciguar el ciclo de luchas iniciado años antes. La narrativa oficial es que el llamado «Padre de los Pobres», desde el colmo de su altruismo, ofreció un regalo al «pueblo sufriente» – estableciendo por ley una jornada laboral máxima de 8 horas diarias (48 horas semanales), entre varios otros derechos laborales concedidos en aquella ocasión o a lo largo de las décadas siguientes, como el decimotercer salario en 1962. En aquel momento, los medios de comunicación dijeron que Brasil iría a la quiebra con la nueva ley laboral. <https://desinformemonos.org/wp-cont...>
Décadas más tarde, en 1988, cuando salíamos de la dictadura corporativo-militar iniciada en 1964, la Asamblea Constituyente intentó reducir la semana laboral a 40 horas, equivalentes a jornadas de 8 horas diarias, cinco días a la semana. Pero los parlamentarios y constituyentes, con su política siempre fiel a quienes los financian, negociaron un «término medio» para el texto final: la actual semana de 44 horas que, en la práctica, con pequeños ajustes contractuales permitidos por la Reforma Laboral aprobada durante el gobierno Temer (2017), vuelve a imponer jornadas de 8 horas (a veces 10, 12) durante 6 días a la semana. Es lo que se llama de «escala 6×1».
Sin ser plenamente conscientes de las luchas pasadas, los jóvenes de la década actual se han rebelado contra la «escala 6×1». A pesar de ser ignorados por los medios de comunicación y los canales institucionales, empezaron a organizarse para someter la cuestión a debate público. Muy conectados, empezaron a denunciar en las redes su vida cotidiana como cajeros de supermercados, de farmacias, trabajadores de call centers, entre otros oficios.
Uno de estos jóvenes, Rick Azevedo, es de la periferia de Río de Janeiro. Su emotivo relato de la humillación que sufría a diario en una farmacia conquistó millones de corazones en las redes sociales. Azevedo aprovechó entonces el momento para proponer la creación del «Movimiento VAT» – Vida Más Allá del Trabajo, en traducción libre. El apoyo de los jóvenes fue masivo y los intentos de deslegitimarlo por parte de políticos y prensa constantes. Aun así, este veinteañero sin propiedades fue elegido concejal de Río en octubre de 2024 con la esperanza de llevar el tema a las instituciones.
Encontró el apoyo de Erika Hilton, diputada federal por São Paulo. Pero la lentitud de la política institucional y su afán por olvidar la reivindicación hicieron que la lucha contra la «escala 6×1» siguiera en la calle. Apenas un mes después de las elecciones, los jóvenes tomaban las principales capitales del país el pasado noviembre, diciendo alto y claro, como en la foto que ilustra esta columna, que «no trabajarán hasta morir».
Otro lema es: «Sólo dejaremos de luchar el día que puedas ver más a tu hijo que a tu jefe».
En la derecha, dicen que el fin de este régimen laboral romperá Brasil. En la izquierda, un poco más de creatividad: piden que la agenda se trate exclusivamente en el Congreso Nacional para no crear «un nuevo junio de 2013».
Durante las últimas fiestas del Primero de Mayo, cuando el apoyo se vuelve instagrameable, todos se subieron a bordo del Movimiento VAT. Gleisi Hoffmann, diputada y presidenta del PT de Lula, prometió priorizar la agenda en el Congreso. Ya veremos.
En cualquier caso, es poco probable que los jóvenes trabajadores precarios abandonen las calles. Si la nueva ley que se está votando suprime la «escala 6×1», la agenda se desmovilizará invariablemente – por supuesto, la vida de estos trabajadores debería experimentar algún nivel de mejora. Pero por un lado no hay garantías en este sentido, y por otro habrá muchas otras razones para luchar si tienen dos días libres a la semana.
Como en un partido de fútbol, es una lucha constante por los pequeños espacios en la cancha.
Tampoco faltaban motivos para que los obreros siguieran movilizados hace 90 años, cuando el movimiento obrero entró en su fase antifascista, crítica con el gobierno de Vargas y de lucha contra el «integralismo», ideología afín al fascismo creada en Brasil y que llevó a Vargas al poder. Con el CLT ya en vigor, en octubre de 1934 hubo un segundo episodio que se nos oculta: la Revoada das Galinhas Verdes , cuando el movimiento obrero dispersó una marcha integralista que tenía lugar en el centro de São Paulo.
Hoy día, cree este periodista, el principal desafío para esta generación será mantenerse movilizada pase lo que pase, y comprender el tamaño de la seducción que la política institucional y el éxito en las redes pueden ofrecer y -en muchos casos- enterrar las reivindicaciones, como vimos en el reciente proceso constituyente chileno.
Y más allá de posibles desarrollos, me intriga imaginar cómo (y si) se contará esta historia dentro de unas décadas.
Veure en línia : https://desinformemonos.org/sobre-e...