20 años en la defensa del bosque Nixticuil: ¡Viva el Nixticuil y sus Nixticuiles!

<https://desinformemonos.org/wp-cont...>

El bosque Nixticuil está en Zapopan, Jalisco, México. Es un bosque de robles que forma parte del corredor biológico Bosque Nixticuil-San Sebastián. El Diente, y que se conecta con el bosque de la primavera y la barranca de huentitan. Ese corredor biológico es crucial para la preservación de la biodiversidad de la región. El Nixticuil es un bosque hermoso y esencial para sostener la vida. Pero aunque les explique las enormes bondades que este bosque brinda a la zona metropolitana de Guadalajara, los desarrolladores inmobiliarios y los diferentes gobiernos, generan condiciones para que el bosque se encuentre en permanente amenaza. Sin duda, es un escenario desalentador, pero afortunadamente, hay personas que no solo se indignan por las constantes afectaciones que recibe el bosque, sino que también se movilizan y lo defienden. Desde mi ver, ese grupo organizado es el comité salvabosque.

El comité Salvabosque nació en 2005. Ese año, el ayuntamiento de Zapopan taló más de 300 robles para en su lugar construir casas. Los malos gobiernos, nunca imaginaron que un grupo de habitantes de la colonia el tigre 2, saliera y con su cuerpo-corazón, frenara las máquinas que iban matando a centenas de robles viejos. Desde ese día los vecinos de la colonia el tigre 2, comenzaron su resistencia por la defensa del bosque Nixticuil. Pero no fue lo único que inició, también comenzó la metamorfosis nixticuilense. Esos vecinos, hoy, después de veinte años de lucha, son muy distintos de lo que eran hace veinte años, no solo por la transformación física que ocurrió en ellos en esta nixticuilización, sino que ahora saben de la tierra, hablan con ella, sufren con ella, pero también viven y respiran con ella.

Este mayo 2025, cumplen veinte años de existir, resistir y defender el bosque Nixtiuil y su enorme diversidad de seres vivos que habita. La lucha no es fácil, pero se sabe que es necesaria para sostener la vida. Este año, debemos de conmemorar al Nixticuil y sus Nixticuiles por su digna lucha. Aunque somxs fiesta, alegre rebeldía, se nos olvida reconocer y festejar nuestros pequeños triunfos, me refiero a lo que ya es nuestro y simplemente no nos lo pueden quitar: ¡Aquí existe un bosque! El primer triunfo ha sido que han mostrado al mundo que existe un bosque, no un parque, un jardín, un terreno abandonado, etcétera. Todos los gobiernos y empresarios, buscan siempre negar la existencia y toda la vida que hay en el bosque Nixticuil. Ahora sabemos que, en el municipio de Zapopan, Jalisco, está y vive el bosque Nixticuil y sus nixticuiles. El bosque es de todxs y es de nadie. Siempre he admirado la lucha del comité salvabosque, porque ellos a diferencia de nuestro pueblo, no cuentan con documentos que acrediten la pertenencia de la tierra, y mucho menos cuentan con una comunidad histórica que defienda lo suyo. Los nixticuiles en cambio, no tienen títulos de propiedad del bosque, ni los tendrán (no es su lucha), y tampoco cuentan con una comunidad que en el pasado y el presente se movilice por defender su territorio. Su horizonte de lucha es Todo para todxs, nada para nosotrxs. La lucha del comité es un ejemplo de lo que toca hacer en la lucha por el común que los zapatistas insisten que ahí es el horizonte, uno, donde garanticemos lo común, lo de todxs y de nadie. Somxs territorio. El comité salvabosque habla con el Nixticuil. No cualquiera puede hacerlo, pues se necesita mucha paciencia y dedicación. Hay gente que dice que con abrazar un árbol se cura, pero no es la cosa tan sencilla, pues esto requiere de diálogos prolongados. Les voy a dar un ejemplo, cuando comenzó el comité salvabosque su lucha fue parar las maquinas que talaban los robles y exigir al gobierno de Zapopan que detuviera el avance del ecocidio. Ahí, aunque defendieron al Nixticuil, aún no dialogaban con el bosque. Después que lograron frenar las maquinas, entonces, tuvieron que enseñarse a contemplar y comprender el ciclo de vida en un año del bosque, y muchos años después, comenzaron a realizar actividades como aplicación de abonos orgánicos, reforestación, guardarrayas, etc., que después de escuchar y escuchar y esperar y esperar, lograron hablar con él. Hablar con el bosque y la enorme diversidad de vida que hay en él, ha sido un proceso largo y profundo y, además, no solo se trata de hablar, sino, más bien, de hacer, de practicar. Autonomía – Autogestión. Otro de los triunfos del comité salvabosque es que han caminado fuera de los partidos políticos y cualquier empresa o ONG buena onda. En esta lucha, han tomado el camino por la autonomía. Entonces, sin presupuesto y sin apoyos gubernamentales, los nixticuiles tiene una brigada comunitaria que combate los incendios (que en su mayoría son incendios provocados por los intereses inmobiliarios), y la brigada comunitaria se anticipa a los incendios y hace guardarrayas y limpieza en el bosque, después los combate, y después de los incendios restaura la tierra, reforesta las zonas afectadas. También tienen un vivero comunitario, que sostienen para que puedan tener plantas y árboles nativos para las reforestaciones anuales. Los malos gobiernos e incluso empresarios y ONGs les fascina reforestar, pero en verdad que todo lo hacen mal, pues nunca reforestan con plantas y arboles nativos, y mucho menos se encargan de regar las áreas reforestadas por lo menos hasta que maduren. ¿Saben cuánto tarda en crecer un roble? Pues esos años son los que el comité salvabosque sostiene y arropa, después de una reforestación. La brigada y el vivero comunitario son parte de una serie de construcciones que han realizado los compas del Nixticuil, pero también se acompañan del arte, de la danza, de la música, de la lectura, de todo aquello que nos permite embellecer momentos e historias. Y los veo bailar, comer, beber, festejar, llorar y claro hablar y habitar con el bosque. <https://desinformemonos.org/wp-cont...>

Los veinte años de vida del comité en defensa del bosque Nixticuil siguen y por lo que los conozco, seguirán. Su lucha, su trabajo ha sido esperanzador para mí, pues nos enseña que, desde las ciudades, se puede vivir la autonomía, se puede luchar y hacer el común y sobre todo, se puede hacer comunidad, una organizada y digna.