Presupuesto 2026: un tiro por la culata

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Imagen: Los Andes.

Envalentonado por los resultados electorales el gobierno dio un paso en falso. El tratamiento del proyecto de presupuesto en Diputados no salió como lo pensaron. Errores de concepción y estrategia parlamentaria llevaron a un fiasco que terminó sin el superávit fiscal esperado y con la ruptura de las alianzas previamente establecidas. Un día que tendrá consecuencias: comenzó en la madrugada con la inesperada votación negativa del Capítulo 11, siguió con la multitudinaria concentración convocada por la CGT y acompañada por las CTA, los movimientos sociales y la izquierda anticapitalista. Terminó con la postergación del debate por la reforma laboral. Por Eduardo Lucita, integrante del colectivo Economistas de Izquierda (EDI).

En el fútbol suele utilizarse esa formidable definición surgida del intelecto de ese entrañable periodista deportivo que fuera Dante Panzeri: dinámica de lo impensado. Forzando un poco el análisis, tal vez no tanto, podría aplicarse a la política actual de nuestro país. Particularmente al tratamiento en diputados del Presupuesto 2026.

Este presupuesto, el primero de esta gestión que sería aprobado por el Parlamento, tal como lo exigen el FMI y el gobierno Trump. Se confeccionó con la lógica impuesta por el presidente Milei, empezar por el final: el resultado del presupuesto debe arrojar un superávit fiscal capaz de hacer frente a los vencimientos de la deuda en el período. A partir de ahí se definen el resto de las partidas presupuestarias y su financiamiento.

Conviene señalar que en los días previos en diversas entrevistas que el periodismo realizara a distintos diputados quedó en evidencia que muchos de ellos no conocían lo que votarían. A tal punto fue esa evidencia que la diputada del FIT-U Myriam Bregman intervino solicitando que cada diputado debía fundamentar su voto.

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El presidente de la cámara, Martín Menem, para evitar la discusión artículo por artículo impuso el criterio de votar por capítulo completo. Así, el Capítulo 11 se convirtió en un verdadero caballo de Troya para el oficialismo. Es que allí se concentraba una buena porción de la política de control de gastos del gobierno: derogación de las leyes que asignaban fondos a personas discapacitadas, a la emergencia pediátrica, a las universidades, a zonas frías, que desacoplaba a la AUH de la movilidad previsional. Este capítulo se completaba con la asignación de fondos a las provincias. La maniobra parecía perfecta si se votaba favorablemente el capítulo las provincias obtendrían fondos que el Estado ahorraría con creces por la derogación de las leyes señaladas.

Nada salió de acuerdo al plan. De nada sirvieron los casi 100.000 millones de pesos que se invirtieron en ATN para comprar votos de los gobernadores. Tampoco la distribución de cargos para la Auditoria General de la Nación y otras maniobras típicas de la casta. El peronismo aceptó los cargos pero no votó la ley, mientras que el PRO se quedó sin nada.

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El presupuesto 2026 que finalmente salió aprobado en diputados en las primeras horas de ayer, no solo no mostraría el superávit fiscal previsto sino que podría dar déficit (falta conocer los números definitivos), en cualquier caso pondría en riesgo el pago de los servicios de la deuda. Porque ¿con qué fondos se comprarán las reservas necesarias para hacer frente a los vencimientos? Queda ahora la instancia del Senado para hacer las correcciones que arrojen superávit. Vale la pregunta: ¿qué ítems volverán a ajustar?

El gobierno puede encontrarse en una verdadera disyuntiva. Puede vetar el Presupuesto que ellos mismos elaboraron o bien acordar con su aprobación. Con lo primero quedará expuesta su debilidad política, con lo segundo rompe con el criterio presidencial y entra en déficit.

Claro que puede continuar como hasta ahora. No cumplir con las leyes y negar los recursos a los discapacitados, al Garraham y a las universidades. Pero estas leyes han hecho ya todo el recorrido institucional posible; fueron votadas, vetadas, insistidas y nuevamente votadas en el presupuesto. Por lo que tanto el presidente como sus ministros podrían quedar expuestos a denuncias penales por incumplimiento de los deberes de funcionario público. <https://www.anred.org/wp-content/up...>

El titular del Poder Ejecutivo y su jefe de Gabinete

Adicionalmente en este rosqueo de ida y vuelta, el gobierno rompió la dificultosa red de alianzas tejida para sellar las votaciones ya que, empoderado por los resultados electorales, dejó de lado a los dialoguistas de Provincias Unidas y del PRO. Por si algo faltara el presupuesto aprobado desfinancia a la Ciudad de Buenos Aires, más ruido todavía.

¿Que podría pasar en este escenario, impensado dos días atrás, con las reformas laboral, penal y fiscal? Para curarse en salud, el gobierno, una vez logrado en el día de hoy dictamen positivo en el Senado sobre la reforma laboral, decidió postergar su tratamiento hasta el próximo 10 de febrero. Es que por ahora no le dan los números que aseguren una votación favorable.

Seguramente, en este tiempo tratará de recomponer alianzas, pero serán cada vez más costosas, mientras la deuda tenderá a ocupar cada vez mayor relevancia. El informe n° 48 de CIFRA-CTA da cuenta que en los próximos 18 meses vencen 47.800 millones de dólares en concepto de capital más intereses. Glup!!!