Neuquén: Claude Staicos, el funcionario de Rolando Figueroa cuyo poder le permitió arrancar a un hijo de los brazos de su madre

Una de las primeras apreciaciones con que una suele encontrarse cuando pregunta por Claude Staicos es que se trata de “un tipo poderoso” o incluso “peligroso”. La cuestión del poder es evidente, en tanto se desempeña como secretario de Prensa y Comunicación de la provincia de Neuquén, además de haber formado parte activa de la campaña electoral de Rolando Figueroa, el actual gobernador de la provincia de Neuquén. Según cuenta su expareja, Alexandra Sabio, Staicos se encargó de organizar la difusión mediática para promover al mandatario en 2023, cuando su triunfo volvió a sellar la hegemonía que el Movimiento Popular Neuquino (MPN) detenta en la provincia desde nada menos que 1962. Pero su poderío no nació con su llegada al Gabinete: antes de ser funcionario, ya era conocido por concentrar la propiedad de los medios dominantes en la provincia y por contar con importantes contactos en la Justicia local, con el ilustrativo detalle de ser amigo del fiscal del Tribunal Superior de Justicia neuquino, José Gerez.

También es de larga data su actividad política, dado que ya para 2002 conducía la Fundación “Nueva Generación” a través de la cual captaba jóvenes para que se sumaran al MPN. Staicos es, además, asociado a la que para muchos fue “una de las etapas más oscuras” de la política provincial: el empresario se desempeñó como la mano derecha del exgobernador Jorge Sobisch, quien, a pesar de su responsabilidad intelectual y política por el asesinato del maestro Carlos Fuentealba, permanece impune hasta el día de hoy. Los registros fotográficos ubican a Staicos cerca de Sobisch, también, en las audiencias por la causa “Zona Liberada”, un proceso judicial que se abrió por una represión contra docentes en Plaza Huincul (similar al operativo que llevó al asesinato de Fuentealba, pero ocurrida un año antes).

Con semejante prontuario no sorprende tanto que su poder haya resultado más que suficiente para desplegar un desmesurado operativo con policías armados en un jardín de infantes: este miércoles 20 de agosto, un grupo integrado por la policía local, la psicóloga de la Defensoría del Niño Flavia Barros y el juez Luciano Speroni arrancaron, literalmente, a M. (5 años) de los brazos de Alexandra Sabio, su madre, quien fue arrojada al piso y esposada mientras su niño lloraba y gritaba que quería quedarse con ella. <https://www.anred.org/wp-content/up...>

Imágenes de las lesiones que sufrió en sus manos, brazos y piernas Alexandra Sabio cuando fue arrojada al piso y esposada mientras su niño lloraba y gritaba que quería quedarse con ella.

Tampoco sorprende que Staicos haya conseguido un fallo judicial favorable pocos meses atrás, luego de una primera causa penal en la que Sabio había sido absuelta del supuesto delito de obstrucción de contacto. El proceso, denunciaron los abogados que acompañan a la madre, estuvo repleto de irregularidades y no tuvo en cuenta la prueba (audios, videos, chats, informes) presentada por Sabio, demostrando la violencia que Staicos ejercía contra ella desde antes del nacimiento de M. La relación entre ambos había estado marcada por fuertes asimetrías y numerosas situaciones de violencia, en las que Staicos se mostraba altamente controlador y agredía verbal y físicamente a su pareja. Una vez que Alexandra parió a M., le dijo al funcionario que quería separarse y que acordaran un régimen para cuidar al bebé los dos. El actual secretario de Prensa se negó y la retuvo en su casa bajo amenazas por varios días, hasta que la mujer logró escapar cuando su familia llamó a la policía.

El material presentado en el juicio también acreditaba la buena calidad de vida del niño y su voluntad de permanecer con su madre, además de la disposición permanente de la mujer para acordar una tenencia compartida. Efectivamente, Sabio cumplió todas las citas contempladas en el régimen de visitas y las instancias de mediación. Fue Staicos quien se ausentó de la abrumadora mayoría, y quien figura en el registro de deudores alimentarios por no haber pasado un peso para su niño. Las personas que acompañan a Alexandra tienen bastante claro, a esta altura, que el funcionario provincial incumplió todas las oportunidades de estar presente para su hijo con el frívolo fin de aducir un falso impedimento de contacto y quedarse con la tenencia completa. Es lo que hacen los hombres que ejercen violencia vicaria: instrumentar a los niños y las niñas para golpear a la madre.

Las irregularidades en el juicio

“Todas las pericias decían que el niño era feliz, que estaba bien, que se demostró de que era un niño sumamente amable con con sus pares, que no tenía ningún tipo de dificultad, y que estaba muy bien criado y acompañado por esa por esa madre y ese grupo familiar materno que que lo ha contenido y le ha dado todo lo necesario para para una infancia feliz”, apuntaron quienes acompañan legalmente a Alexandra. Nada de eso se tuvo en cuenta, así como tampoco la voluntad que el propio M. expresó ante los funcionarios judiciales.

“Por el contrario, no se ha probado de ninguna manera que cómo era el vínculo o cómo podía ser ese vínculo padre-hijo. No se sometió al niño a una escucha activa por parte de un gabinete interdisciplinario en donde éste pueda decir qué es lo que él quiere, cómo puede llevarse con su padre”, añadieron las fuentes, que también denuncian presiones sobre los jueces, amenazas a los abogados que participaron en el proceso previamente y todo tipo de difamaciones y hostigamiento en redes sociales. También recuerdan las declaraciones del perito psicológico designado por el Juzgado N° 4 a fines de 2022, quien le confesó a Alexandra que Staicos mostraba rasgos de psicopatía, falta de remordimiento y peligrosidad para ella y el niño. Sin embargo, nada de eso vio la luz en los informes oficiales, porque el profesional se jugaba su trabajo.

El psicólogo Claudio Marín tuvo un rol importante durante el proceso, en tanto fue él quien atendió a M. y elaboró informes sobre las condiciones en que se encontraba el niño. Una de las primeras cosas que garantiza, en conversación con ANRed, es que “nunca hubo obstrucción, para nada: acá lo que pasó es que una parte quería una cosa y la otra quería otra. Es decir, la madre quería que el padre tuviera un régimen de visitas como cualquier otro padre que no convive”, mientras que Staicos siempre insistió en obtener el cuidado unilateral.

Para el juicio en que Alexandra fue condenada por obstrucción, Marín había acreditado que M. deseaba estar junto con su madre y que “tenía una conducta escolar estupenda, porque los informes escolares son buenísimos, (además de que) ha tenido un desarrollo cognitivo, emocional y general muy satisfactorio”. En línea con la voluntad de la madre, Marín aclaró que jamás se argumentó que M. no debiera ver a su padre: por el contrario, insistieron en un régimen compartido en el marco del cual la revinculación debía ser gradual y supervisada para preservar la salud emocional y física del pequeño, “como en cualquier otro caso de los muchos que hay donde el vínculo es difícil porque se desconocen”.

Sin embargo, el juez y el propio Claude Staicos se negaron a que Marín levantara el secreto profesional para aportar toda esa información en el marco del juicio. “La madre del niño me habilita a hablar del caso, pero el padre no. Cuando pasa ésto, quien tiene la potestad de levantar el secreto es el propio juez, que podría hacerlo en nombre del beneficio del niño. Pero el padre se opuso y el juez le dio lugar”.

“Hay videos donde él la amenaza y dice que le va a pegar donde más le duele, que es sacarle al niño. Éso se lo juró desde el primer día. Y éso está en el expediente”, subrayó el psicólogo.

“Fue un secuestro”

Tanto los videos como los testimonios de quienes vieron a las fuerzas del Gobierno neuquino llevarse a M. dan cuenta de lo desesperante y dañino que fue el suceso: “Pedía ayuda al tío, que estaba del otro lado de la reja y no lo dejaban entrar. Después le pedía a la directora que lo ayude”. M. lloraba desconsolado, a los gritos, mientras la policía agredía a su madre ante la mirada del juez Speroni y la psicóloga Barros. Momentos antes, la directora había pedido a los funcionarios que le dieran tiempo para llamar al Consejo de Educación y ver cómo proceder prolijamente en un caso así. No sólo no le concedieron el pedido, sino que también la redujeron y agredieron cuando el niño intentaba abrazarse a ella. <https://www.anred.org/wp-content/up...>

Imagen de Alexandra Sabio.

“Para mí fue un secuestro, pobrecito, estaba a los gritos pidiendo por la mamá y fue encerrado en un auto y no sabemos hasta el día de hoy dónde está. No sabemos absolutamente nada”, expresó Marín. “Que se sepa -agregó el psicólogo- que éste es el accionar de un juez de familia, de la fiscal del caso que es la Defensora del Niño, y de la psicóloga. Ante a la vista de ellos pasó lo que pasó: que hayan castigado a una mujer, a un niño y a una directora de un colegio en frente de otros menores de 5 años de esta manera es nefasto. Estamos todos pidiendo la renuncia de los funcionarios que actuaron en este hecho tan aberrante”.

El gremio docente ATEN se solidarizó con Alexandra Sabio y ya anticipó que presentará una denuncia, porque consideran inaceptable que la policía haya irrumpido armada en un jardín de infantes para arrancar a un niño de ese modo. En el mismo sentido, docentes y padres del establecimiento convocaron a un abrazo al jardín para las 15 horas de este viernes, el mismo horario en que el pequeño fue sustraído el miércoles.

“Hay separaciones que son muy traumáticas, lo vamos a reconocer, pero usar a un niño para castigar a una madre me parece me parece terrible”, remarcó Marín y comentó, además, que hubo padres que reportaron que sus hijos, compañeros de M., “no pudieron dormir” aquella noche.

Neuquén, un callejón sin salida: censura, hostigamiento y complicidad político-judicial

“Yo creo que esto se va a resolver no en las esferas provinciales, sino en las nacionales. Nosotros no nos podemos expresar acá dentro de la zona, no podemos hablar del caso porque somos perseguidos”, explica Marín, quien fue en persona blanco de un montón de campañas de difamación por parte de usuarios anónimos en redes sociales, al igual que la propia Alexandra y algunos de sus representantes legales. Cabe resaltar, en este punto, que Staicos fundó una “organización” de padres (y luego también de madres, cuando su composición plenamente masculina se hizo demasiado alevosa) contra las “falsas denuncias”, desde la cual hostigan continuamente a Sabio y a otras mujeres que denuncian violencia misógina.

“Lo que estamos exigiendo es que retorne el niño, porque la orden judicial dice que la madre hasta dentro de un año no lo puede ver. ¿Por qué castigar a los infantes de esta forma? Castigando a la madre, están castigando al niño también. ¿Alguien se puso a medir las consecuencias de ésto sobre la salud psíquica de M.?”, inquirió el psicólogo.

Desde el entorno de Alexandra resaltan la manera en que continuamente, tanto las dependencias del Poder Ejecutivo como las del Poder Judicial, actuaron arbitrariamente en favor de Staicos. La provincia es un laberinto de corrupción, aprietes e impunidad. “Este tipo ha presionado mucho a la Justicia, y hace tiempo que todo el Poder Judicial, en todo el país, está siendo arrasado por otros poderes. Creemos que la forma de emparejar ese (desbalance de) poder es en la calle”, remarcan los acompañantes de Sabio, que vienen rogando la solidaridad de todos los sectores de la sociedad, en todo el país, como quien se aferra a su última y única esperanza.