Inici > novedades > Más cerca de un juicio por crímenes de lesa humanidad contra las infancias (…)
Más cerca de un juicio por crímenes de lesa humanidad contra las infancias en Mendoza
dijous 11 de desembre de 2025, per
<https://www.anred.org/wp-content/up...>
Obra: Carlos Alonso (de la serie Manos Anónimas)
El Juzgado Federal N°1 de Mendoza aceptó el pedido de la fiscalía de imputar e indagar a 17 ex militares y policías por delitos contra niños y niñas que fueron víctimas directas en los operativos de secuestros. Compartimos las primeras sensaciones de Ángela Urondo Raboy. La hija del poeta Paco Urondo y de Alicia Cora Raboy fue una de las impulsoras de la causa, que incluye hasta ahora a 58 niñeces de la provincia. Por La Retaguardia.
Redacción: Ángela Urondo Raboy
Obras: Carlos Alonso (de la serie Manos Anónimas)
En el año 2021, junto a mi abogado Alfredo Guevara, decidimos constituir una última querella por crímenes de Lesa Humanidad.En 2011 fue nuestro primer juicio en la ciudad de Mendoza. Resultaron condenados algunos de los partícipes y responsables del asesinato de mi papá, Francisco Urondo, y la desaparición de mi mamá, Alicia Raboy. Luego vinieron otros juicios épicos, como el primer juicio a jueces genocidas. Hubo que hacer jurys para llegar al desafuero de los jueces que todavía estaban en actividad, e incluso hubo que hacer un juicio de extradición para uno de los exjueces, que se había fugado. Más adelante, en Buenos Aires fueron condenados algunos de los partícipes y responsables del asesinato y desaparición de mi hermana Claudia y mi cuñado; Mario Lorenzo Koncurat. También salió a la luz el caso de mis sobrinos, revelando la complicidad entre el juzgado de menores, el instituto Riglos y la ESMA. Fueron muchos años querellando, investigando, argumentando, y pensaba que esa era una etapa terminada, que ya había pasado. Sin embargo, faltaba algo: mi caso, el de mi secuestro, que no había sido juzgado. Ni más ni menos. <https://www.anred.org/wp-content/up...>
Obra: Carlos Alonso (de la serie Manos Anónimas)
Ocurre que en 2011, cuando se trataron judicialmente los crímenes contra mis padres, yo no tenía todavía restituido legalmente mi nombre; al no poder demostrar que era yo misma, mi caso no pudo ser incluido. Durante ese mismo juicio, a través de los testimonios, empecé a darme cuenta y a tomar nota de los nombres de tantos otros niños que eran mencionados en las audiencias y que, como yo, habían pasado por las celdas del D2 de Mendoza. Tres en un operativo, dos en otro, cuatro más y otro por ahí, otro por allá, llegué a contar más de quince. A los niños se los secuestraba, se los utilizaba como parte de la tortura, eran víctimas de abuso y se los trataba de manera inhumana. No tenían acceso a alimentos, abrigo, elementos de higiene, agua. Me di cuenta entonces de que no fueron hechos aislados. Era metodológico, rutinario. Ni errores, ni excesos, nada fuera de lo normal. Lo que me pasó a mi, les pasó a ellos y a otro los. Y lo que le hicieron a cada uno me afecta. Desde entonces pienso en este grupo de niñas y niños como un colectivo, como compañeritos de celda. <https://www.anred.org/wp-content/up...>
Obra: Carlos Alonso (de la serie Manos Anónimas)
Al presentar la solicitud de querella por mi caso, hice una descripción de los hechos con una ampliación en el tiempo y con una contextualización que incluyó todos esos casos que había recabado. El tribunal aceptó el pedido de querella y ordenó a la fiscalía a ampliar la investigación sobre otros casos de delitos de lesa humanidad contra las infancias. Con esta perspectiva, el fiscal Dante Vega, junto con los auxiliares fiscales Daniel Rodríguez Infante y Analía Quintar, indagaron en los archivos de los juicios de lesa humanidad anteriores. De los testimonios de los últimos 15 años extrajeron todos los casos de operativos en los que se mencionara que había menores de edad presentes. Al momento del pedido de indagatorias, el número de niños victimizados había pasado de 15 a 58, mientras que, en total desproporción, los señalados por estos crímenes fueron apenas 24. Los hechos de todos estos casos ya fueron probados en juicios anteriores. Los niños estaban ahí, pero sus casos no fueron alcanzados por la justicia hasta ahora.
Días atrás el Juzgado Federal N°1 de Mendoza dio respuesta al pedido de indagatorias realizado por la fiscalía especializada, en razón de crímenes de lesa humanidad contra infancias, determinando la imputación y llamado a indagatorias para 17 de los 24 requeridos; (algunos desestimados por que habían sido absueltos en juicios anteriores, mientras que otros cayeron, por enfermedad o por haber fallecido los acusados).
Todos fueron ya debidamente notificados. Se dictaron detenciones para quienes no estaban ya en prisión domiciliaria y pasado un período de cautela y tensa calma, ya podemos compartir la noticia, que no es cualquier noticia.
Es muy grande lo que simboliza y lo que se concreta en este juicio por venir. Llegar a esta instancia es todo un logro. Empieza a salir a la luz, se inscribe lo ocurrido a las infancias en dictadura como una huella. Ya no se trata de juzgar lo que sucedió solo con el robo de bebés, que nunca dejó de juzgarse. Es hora de llevar a juicio lo que nos sucedió a niños y niñas, quienes padecimos en nuestros cuerpos mucho más que el secuestro de nuestros padres y madres.El reconocimiento de estos crímenes en conjunto devuelve entidad a esos niños que fuimos tratados como objetos. Repone nuestra identidad generacional, y quizás pueda llegar a reparar o suavizar en alguna medida las heridas, los daños, los traumas… Y pondrá en evidencia la crueldad absoluta con que la dictadura trató a las infancias.
Veure en línia : https://www.anred.org/mas-cerca-de-...