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El trabajo histórico de Agustín Guillamón: historia obrera, poder y revolución

dijous 18 de desembre de 2025, per  pegasus

Introducción

La Guerra Civil española ha generado una de las producciones historiográficas más extensas y conflictivas de la historia contemporánea europea. Desde la transición democrática, la historiografía dominante ha tendido a consolidar un marco interpretativo centrado en la defensa de la legalidad republicana, la lucha contra el fascismo y la legitimación retrospectiva del Estado democrático surgido en 1978. En este contexto, la revolución social de 1936 ha sido frecuentemente relegada a un segundo plano, reinterpretada como un obstáculo trágico, una desviación violenta o un fenómeno subordinado a las exigencias de la guerra.

Autores como Paul Preston, Helen Graham, Julián Casanova o Ángel Viñas, pese a sus diferencias internas, comparten una matriz interpretativa común: la prioridad del Estado republicano como sujeto histórico legítimo y la identificación de la derrota con factores militares, diplomáticos o geopolíticos. Incluso cuando reconocen la profundidad del conflicto social, tienden a considerar la revolución como un problema de orden público o de gobernabilidad.

Frente a esta corriente, se ha desarrollado una historiografía crítica —minoritaria y a menudo marginada del ámbito universitario, ignorada y raramente citada por los mandarines del mundo académico — que ha subrayado el carácter de guerra de clases del conflicto. En esta tradición se inscriben, con matices diversos, Burnett Bolloten, Ronald Fraser, Chris Ealham o Andy Durgan. Sin embargo, incluso dentro de este campo crítico, la cuestión del poder obrero y de la destrucción del Estado ha sido tratada de forma parcial o insuficiente.

Es en este punto donde el trabajo histórico de Agustín Guillamón adquiere su especificidad. Su obra no solo cuestiona las interpretaciones dominantes, sino que impugna los fundamentos epistemológicos de la historia oficial, al situar en el centro del análisis la revolución proletaria, los comités como órganos de poder y la derrota política de la clase obrera. Este ensayo se propone analizar esa aportación desde una perspectiva historiográfica y metodológica comparada. <https://www.portaloaca.com/wp-conte...>

1. Historia y lucha de clases: una toma de posición metodológica

Guillamón parte de un presupuesto explícito: no existe una historia neutral. La historiografía oficial — liberal, estalinista, socialdemócrata o neofranquista— responde siempre a los intereses de conservación del Estado y del capitalismo. En este sentido, su obra se inscribe en una tradición materialista que entiende la historia como la teorización de las experiencias históricas del proletariado, y no como una simple narración de hechos pasados.

En textos programáticos como las introducciones a La revolución de los comités o a La guerra del pan, Guillamón afirma que sin la apropiación crítica del pasado no puede existir conciencia de clase ni teoría revolucionaria [1]. La historia deja de ser así un campo académico autónomo para convertirse en un terreno de confrontación política, donde se decide si la Guerra Civil será recordada como una defensa de la democracia o como una revolución social derrotada.

2. El 19 de julio de 1936 y la situación revolucionaria

Uno de los pilares de la obra de Guillamón es la reinterpretación del 19 de julio de 1936 en Cataluña. Frente a las narrativas que enfatizan la continuidad del Estado republicano, Guillamón sostiene que la insurrección obrera victoriosa provocó la inutilización del aparato coercitivo del Estado y la aparición de un auténtico vacío de poder [2].

Este vacío no fue ocupado por un nuevo poder centralizado, sino por una multiplicidad de comités revolucionarios —de defensa, de barrio, de fábrica, de abastos y de milicias— que asumieron funciones económicas, militares y de orden público. Guillamón describe este fenómeno como una atomización del poder, que contenía en sí misma tanto el potencial de una nueva forma de poder obrero como las condiciones de su derrota.

3. Los comités revolucionarios como embriones de poder obrero

La aportación más original de Guillamón reside en su análisis de los comités revolucionarios. En Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938) y La revolución de los comités, estos organismos son estudiados no como expresiones espontáneas o caóticas, sino como estructuras con una lógica política precisa [3].

Según Guillamón, los comités constituyeron el embrión de un poder proletario alternativo al Estado burgués. Expropiaron a la burguesía, organizaron la producción y el abastecimiento, y garantizaron la defensa armada de la revolución. Sin embargo, su incapacidad para coordinarse y transformarse en un poder centralizado permitió la reconstrucción progresiva del Estado republicano.

Esta lectura conecta con las elaboraciones teóricas de militantes como Josep Rebull (izquierda del POUM) o la Agrupación de Los Amigos de Durruti, a quienes Guillamón rescata del olvido historiográfico, subrayando que existieron alternativas políticas claras frente a la colaboración gubernamental de la CNT-FAI o del POUM [4].

4. Crítica del antifascismo y de la dirección cenetista

A diferencia de gran parte de la historiografía libertaria, Guillamón no limita la derrota de la revolución a la represión estalinista. Su análisis señala de forma directa la responsabilidad política de la dirección de la CNT, que optó por la colaboración con el Estado en nombre de la unidad antifascista [5].

La entrada de ministros anarquistas en los gobiernos republicanos y de la Generalitat es interpretada como una renuncia estratégica a la destrucción del Estado, que desarmó política y materialmente a la clase obrera. Guillamón considera que esta decisión fue decisiva para la derrota de los comités y para la posterior represión del movimiento revolucionario tras las Jornadas de Mayo de 1937.

5. Hambre, abastecimiento y contrarrevolución

Otro rasgo distintivo de la obra de Guillamón es la centralidad concedida a los aspectos materiales de la revolución. En La guerra del pan y La represión contra la CNT, el problema del abastecimiento es analizado como un elemento clave de la lucha política [6].

El control del pan, de los mercados y de Abastos permitió a la Generalitat y al PSUC socavar la base social de los comités de barrio y desgastar a la militancia revolucionaria. El hambre aparece así no como una consecuencia inevitable de la guerra, sino como un instrumento consciente de la contrarrevolución.

6. Fuentes, archivos y recuperación de voces silenciadas

Desde el punto de vista metodológico, Guillamón destaca por el uso intensivo de fuentes primarias: archivos judiciales, policiales y militares, prensa clandestina, actas de comités y documentación interna de las organizaciones obreras. Su estudio sobre la prensa anarquista clandestina en Barcelona (en 1937-1938), deudor de Godicheau, es ejemplar en este sentido, al reconstruir una oposición revolucionaria sistemáticamente silenciada [7].

Esta labor documental no es neutra: persigue rescatar las voces derrotadas y combatir la expropiación de la memoria histórica de la clase obrera.

7. Controversia historiográfica

El trabajo de Agustín Guillamón se enfrenta de forma abiertamente conflictiva con la historiografía dominante sobre la Guerra Civil española. Frente a autores como Paul Preston, Julián Casanova, Ángel Viñas o Helen Graham, que interpretan el conflicto fundamentalmente como una lucha por la defensa de la legalidad republicana y del Estado democrático, Guillamón insiste en el carácter de guerra de clases y en la centralidad de la revolución social abierta en julio de 1936 [8]. Desde su perspectiva, la insistencia en la dicotomía democracia/fascismo conduce inevitablemente a la minimización —cuando no a la negación— de la experiencia revolucionaria obrera.

Helen Graham y Andy Durgan han reconocido la existencia de una profunda conflictividad social y revolucionaria en la retaguardia republicana, pero tienden a interpretarla como un problema de gobernabilidad o como una tensión secundaria frente a la prioridad militar [9]. Guillamón rechaza este marco interpretativo, al considerar que subordinar la revolución a la guerra equivale a aceptar, desde el inicio, la restauración del Estado burgués y la derrota política del proletariado.

En el caso de Chris Ealham, Guillamón encuentra mayores puntos de coincidencia, especialmente en el análisis del papel de los barrios obreros de Barcelona y de la violencia revolucionaria como fenómeno social organizado [10]. No obstante, Guillamón se distancia de cualquier lectura que no aborde explícitamente la cuestión del poder y la destrucción del Estado como problema central de la revolución.

Por su parte, Ronald Fraser ha aportado una valiosa reconstrucción coral de la experiencia vivida por los protagonistas anónimos de la guerra. Sin embargo, desde la óptica de Guillamón, esta historia desde abajo adolece de una falta de teorización política que permita comprender las causas estructurales de la derrota revolucionaria[11].

Finalmente, frente a Ángel Viñas y a la historiografía institucional vinculada al Estado democrático actual, Guillamón sostiene que la defensa acrítica de la República conduce a una justificación implícita de la represión ejercida contra los revolucionarios en 1937-1938. La historia oficial, en este sentido, no solo selecciona los hechos que considera legítimos, sino que establece los límites de lo históricamente pensable [12].

8. Crítica epistemológica y política de la “memoria democrática” institucional: Benjamin contra la historia de los vencedores

La crítica de Agustín Guillamón a la historia oficial y a la memoria democrática institucional puede leerse de forma especialmente fructífera a la luz de las Tesis sobre la filosofía de la historia de Walter Benjamin. En ellas, Benjamin advierte que toda concepción historicista del pasado se construye desde la perspectiva de los vencedores y que la tarea del materialismo histórico consiste en cepillar la historia a contrapelo [13].

La memoria democrática institucional responde plenamente a aquello que Benjamin denomina el continuum de la historia: una narración progresiva que enlaza la Segunda República, la lucha antifascista y el Estado democrático actual como momentos de un mismo proceso emancipador. En esta narración, la revolución proletaria de 1936 aparece necesariamente como una anomalía trágica, un exceso que interrumpe el curso legítimo de la historia.

Desde esta perspectiva benjaminiana, Guillamón sitúa la revolución derrotada no como un episodio superado, sino como una imagen dialéctica cargada de actualidad. La experiencia de los comités, del poder obrero y de su destrucción no pertenece al pasado cerrado, sino que constituye un campo de posibilidades históricas bloqueadas por la victoria contrarrevolucionaria. La memoria democrática, al clausurar ese campo, actúa como una historia escrita desde la victoria del Estado.

Benjamin advierte también que incluso los muertos corren peligro, si el enemigo vence definitivamente. Guillamón prolonga esta intuición al mostrar cómo la memoria institucional recupera a las víctimas solo para despojarlas de su condición de sujetos revolucionarios. Los derrotados son honrados en tanto víctimas, pero vencidos por segunda vez cuando se les arrebata el sentido político de su lucha.

Así, la memoria democrática se revela como una forma contemporánea de la historia de los vencedores: una historia que administra el recuerdo para impedir que el pasado se convierta en tiempo-ahora (Jetztzeit), es decir, en un momento de interrupción capaz de iluminar críticamente el presente [14]. Frente a esta operación, el trabajo de Guillamón asume la tarea benjaminiana de rescatar la memoria de los vencidos no para integrarla en el relato estatal, sino para mantener abierto el conflicto histórico.

En este sentido, la obra de Guillamón no busca salvar el pasado, sino redimirlo en el único sentido posible para el materialismo histórico: hacer de la derrota revolucionaria un instrumento de crítica radical del presente.

Conclusión

El trabajo histórico de Agustín Guillamón constituye una aportación esencial para comprender la Guerra Civil española como una revolución social derrotada. Su análisis de los comités, del poder, del hambre y de la represión rompe con los consensos historiográficos dominantes y obliga a replantear tanto el papel del Estado republicano como las responsabilidades políticas de las organizaciones obreras.

Más que un historiador académico en sentido estricto, Guillamón actúa como un teórico de la experiencia histórica del proletariado. O, si se quiere, parafraseando a Michelet, como un “vengador de los pueblos”, o mejor aún, un vengador de la clase obrera. Su obra no busca la reconciliación ni la mitificación del pasado, sino la elaboración de una crítica de la derrota, cuya memoria continúa siendo subversiva y políticamente incómoda porque nadie, absolutamente nadie, excepto Guillamón, ha intentado hacer balance de esa derrota.

Balance. Cuadernos de historia

Notas

[1]: Guillamón, A., La revolución de los comités, Aldarull / El grillo libertario, Barcelona, 2012, Introducción.

[2]: Guillamón, A., Tesis sobre la Guerra de España y la situación revolucionaria creada el 19 de julio de 1936 en Cataluña, en Balance. Cuadernos de historia, nº 38, 2014.

[3]: Guillamón, A., Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938), Aldarull, Barcelona, 2011.

[4]: Guillamón, A., Los Amigos de Durruti. Historia y antología de textos, Aldarull / Descontrol, Barcelona, 2013.

[5]: Guillamón, A., Barricadas en Barcelona, Espartaco, Barcelona, 2007.

[6]: Guillamón, A., La guerra del pan. Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria. De diciembre de 1936 a mayo de 1937. Aldarull / Descontrol, Barcelona, 2014; La represión contra la CNT y los revolucionarios. Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria. De mayo a septiembre de 1937. Descontrol, 2015.

[7]: Guillamón, A., El grupo de afinidad que editó el periódico anarquista clandestino Alerta…! Web Ser Histórico, 20-8-2022; La “nebulosa” como fórmula organizativa ácrata. Web Ser Histórico, 22-8-2023.

[8]: Preston, P., La Guerra Civil Española, Debate, Madrid, 2006; Casanova, J., La Iglesia de Franco, Crítica, Barcelona, 2001.

[9]: Bolloten, B., La Guerra Civil española. Revolución y contrarrevolución, Grijalbo, Barcelona, 1989.

[10] Ealham, C., La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto, 1898-1937, Alianza, Madrid, 2005. Véase especialmente el análisis de los barrios obreros y de la violencia revolucionaria como fenómeno social organizado, aunque sin una teorización explícita del problema del poder y del Estado.

[11]Fraser, R., Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia oral de la Guerra Civil española, Crítica, Barcelona, 2007. Aporta una reconstrucción coral de las experiencias populares, valiosa en el plano testimonial, pero carente —desde la óptica de Guillamón— de una elaboración política de las causas estructurales de la derrota revolucionaria.

[12] Viñas, Á., La soledad de la República, Crítica, Barcelona, 2006. Para Guillamón, esta línea historiográfica tiende a legitimar retrospectivamente la defensa del Estado republicano y a justificar implícitamente la represión de los sectores revolucionarios en nombre de la legalidad y de la eficacia militar.

[13]Benjamin, W., Tesis sobre la filosofía de la historia, en Iluminaciones, Taurus, Madrid, 1971. Especialmente la tesis VII, donde se afirma que todo documento de cultura es simultáneamente un documento de barbarie y que la historia dominante se escribe siempre desde la perspectiva de los vencedores.

[14]Benjamin, W., Tesis sobre la filosofía de la historia, tesis XIV y XVIII. El concepto de Jetztzeit (tiempo-ahora) como interrupción del continuum histórico permite pensar la revolución derrotada de 1936 no como pasado clausurado, sino como posibilidad histórica latente, bloqueada por la victoria contrarrevolucionaria y por la memoria institucional.

Bibliografía del artículo

Benjamin, W., Tesis sobre la filosofía de la historia, en Iluminaciones, Taurus, Madrid, 1971.

Bolloten, Burnett, La Guerra Civil española. Revolución y contrarrevolución, Grijalbo, Barcelona, 1989. Casanova, Julián, La Iglesia de Franco, Crítica, Barcelona, 2001.

Durgan, Andy, Comunismo, revolución y memoria histórica, El Viejo Topo, Barcelona, 2014.

Ealham, Chris, La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto, 1898-1937, Alianza, Madrid, 2005.

Fraser, Ronald, Recuérdalo tú y recuérdalo a otros, Crítica, Barcelona, 2007.

Godicheau, François, “Periódicos clandestinos anarquistas en 1937-1938: ¿las voces de la base militante?”. Ayer, 2004, pp.175-205.

Graham, Helen, La República española en guerra, Debate, Madrid, 2006.

Guillamón, Agustín, Barricadas en Barcelona, Espartaco, Barcelona, 2007.

Guillamón, Agustín, Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938), Aldarull, Barcelona, 2011. Quinta edición en Descontrol, 2020.

Guillamón, Agustín, La revolución de los comités, Aldarull / El grillo libertario, Barcelona, 2012.

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Guillamón, Agustín, La guerra del pan. De diciembre de 1936 a mayo de 1937.Aldarull/Descontrol 2014. Aldarull / Descontrol, Barcelona, 2014.

Guillamón, Agustín, La represión contra la CNT y los revolucionarios. De mayo a septiembre de 1937. Descontrol, 2015.

Guillamón, Agustín, El grupo de afinidad que editó el periódico anarquista clandestino Alerta…!. Web Ser Histórico, 20-8-2022; La “nebulosa” como fórmula organizativa ácrata. Web Ser Histórico, 22-8-2023.

Preston, Paul, La Guerra Civil Española, Debate, Madrid, 2006.

Viñas, Ángel, La soledad de la República, Crítica, Barcelona, 2006.

Bibliografía de Agustín Guillamón

– Documentación histórica del trosquismo español. De la guerra civil a la ruptura con la IV Internacional. (Ediciones de la Torre, Madrid, 1996)

– Barricadas en Barcelona (Espartaco, 2007/Lazo, 2013/Descontrol, 2014). Traducido al francés en Spartacus, 2009.

– Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (Aldarull, 2011/Quinta edición en Descontrol, Barcelona, 2020); traducido al italiano (Gatto Rosso, 2013), al inglés (AK Press/Kate Sharpley Library, 2014), al francés (Coquelicot, 2014), al catalán (Malapècora, 2016) y al griego (2017).

Tetralogía titulada Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria:

Tomo 1: La revolución de los comités. De julio a diciembre de 1936. ​(Aldarull/El grillo libertario, 2012)

Tomo 2: La guerra del pan. De diciembre de 1936 a mayo de 1937.(Aldarull/Descontrol 2014)

Tomo 3: Insurrección. Las sangrientas jornadas del 3 al 7 de mayo de 1937. Descontrol, 2017. [Editado en inglés por AK Press/Kate Sharpley Library, 2020]

Tomo 4: La represión contra la CNT y los revolucionarios. De mayo a septiembre de 1937. (Descontrol, 2015)

– El terror estalinista en Barcelona (1938) (Aldarull/Descontrol, 2013)

– Los Amigos de Durruti. Historia y antología de textos. (Aldarull/Descontrol, 2013. Segunda edición en Descontrol 2021); versión reducida en inglés (AK Press, 1996)

Correspondencia entre Abel Paz y García Oliver. Anexo: Tesis sobre la Guerra de España y la situación revolucionaria creada el 19 de julio en Cataluña. (Descontrol, 2016). Editado en francés (Ni patrie ni frontières, 2016).

Josep Rebull, la vía revolucionaria. Descontrol, 2017; traducido al francés por Spartacus en 2014.

Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937). En colaboración con Antonio Gascón. Descontrol, 2018

Barcelona, mayo de 1937. Libros de Anarres, Buenos Aires, 2019. En francés en Syllepse, 2023

La matanza del cuartel Carlos Marx. Calumnia, Mallorca, 2020

La revolución rusa. Una perspectiva crítica y libertaria. Descontrol, 2020

-Els incontrolats. El Lokal, 2020.

-Ecos y pasos perdidos de Juan García Oliver. Calumnia, Mallorca, 2021

-Durruti sin mitos ni laberinto y otras estampas. Sabotajes de sueños, enero 2022.

CNT versus AIT. Los comités superiores cenetistas contra la oposición revolucionaria interna e internacional. Descontrol, 2022.

Amadeo Bordiga en el Partido Comunista de Italia. Hermanos Bueso, Madrid, 2024

Anarquistas y Orden Público. Josep Asens y las Patrullas de Control. Descontrol, 2025.

Ha colaborado en la edición de las Obras Completas de Munis y ha participado, como asesor histórico, en el documental “Munis. La Voz de la Memoria [revolucionaria]” (2011). Promotor del Manifiesto. Combate por la historia (1999). Autor de varias entradas en los libros colectivos La Barcelona rebelde (Octaedro, 2003);Momentos insurreccionales. Revueltas, algaradas y procesos revolucionarios (El Viejo Topo, 2006); Per canviar-ho tot (Laberints, 2014); L´anarchisme d´Etat. La Commune de Barcelone (Ni patrie ni frontières, 2015), Biografías del 36 (Descontrol, 2016), Entusiastas olvidados (Descontrol, 2016), además de los numerosos artículos publicados en la revista Catalunya de la CGT (en catalán), en Libre Pensamiento, en La Idea, en Redes Libertarias y en otras publicaciones, así como en las webs Ser Histórico, Alasbarricadas y Portal Libertario OACA.

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