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Automatización de horarios laborales: cómo funciona y cómo responder ante ella
dijous 4 de desembre de 2025, per
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Imagen: La Izquierda Diario.
La organización europea Tech-Com realizó un análisis de la utilización de algoritmos para organizar turnos de trabajo flexibles, optimizando horarios y maximizando los beneficios empresariales a costa de los derechos laborales. El artículo cierra con algunas propuestas de cómo esta información podría ser utilizada por sindicatos u otras organizaciones para hacer reclamos y organizar estrategias de lucha, actualizándolas al funcionamiento del capitalismo en el siglo XXI, profundamente atravesado por la tecnología. Por Tech-Com.
La burguesía emplea el tiempo y la disponibilidad de la clase trabajadora como recurso esencial para la acumulación de capital. Tampoco es que la tecnología, en el contexto de la sociedad industrial, se haya convertido en el principal instrumento de la opresión [1]. Un ejemplo reciente, problemático y oculto de ello es la sistematización del uso de herramientas algorítmicas para definir la programación horaria de los turnos laborales.
Consideramos sumamente deseable la difusión de la información aquí expuesta, así como el uso de la misma para cubrir la imperante necesidad histórica de desarrollar colectivamente estrategias sindicales ante estas herramientas contemporáneas de la ofensiva capitalista contra la clase trabajadora.
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Nociones de historia
Antes de la era informática, se realizaban mediante el uso de hojas de cálculo manuales y sistemas de registro en papel. Estos métodos eran lentos, propensos a errores y difíciles de modificar a medida que surgían cambios. Durante el siglo pasado, en el ámbito de la educación, se crearon sistemas para asignar aulas y profesores a diferentes cursos para optimizar la disponibilidad de los recursos. También algoritmos de optimización de rutas para gestionar horarios de vuelos, trenes y autobuses, minimizando así tiempos de espera y costes operativos.
Durante este siglo se han desarrollado plataformas online y aplicaciones móviles que permiten a las organizaciones gestionar los horarios de manera más flexible y accesible.
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Implementación actual
En muchas empresas los horarios se planifican aún analógicamente, lo cual puede llegar a ser tedioso si la demanda es variable y se involucran a muchxs empleadxs. Excel sigue siendo una herramienta extremadamente popular, especialmente en entornos pequeños o poco complejos. Es particularmente útil cuando la cantidad de datos no es muy grande o el número de variables es limitado. Si se usa, es preciso reajustar manualmente el horario cuando suceden cambios de última hora.
Publicamos a continuación un artículo de lxs compañerxs de Tech-Com, en el que realizan un análisis de la utilización de algoritmos para organizar turnos de trabajo flexibles, optimizando horarios y maximizando los beneficios empresariales a costa de los derechos de lxs trabajadorxs. El artículo cierra con algunas propuestas de cómo esta información podría ser utilizada por sindicatos u otras organizaciones para hacer reclamos y organizar estrategias de lucha, actualizándolas al funcionamiento del capitalismo en el siglo XXI, profundamente atravesado por la tecnología. Queremos señalar, sin embargo, que estxs compañerxs viven en Europa, y que por el momento estas aplicaciones, como ellxs las exponen, no están tan extendidas en la realidad latinoamericana. Así mismo, consideramos que es importante prestar atención a estas aplicaciones del control algorítmico, que no están tan analizadas y, fundamentalmente, a las perspectivas que abren para la acción desde los lugares de trabajo.
Planteamos este texto como un punto de partida para reflexionar sobre el tema, y para pensar cómo adaptar a nuestro contexto la información y estrategias de lucha planteadas.
Sin embargo, en contextos más complejos o con mayor volumen de trabajo e ingresos, los algoritmos de optimización y software especializado son más comunes. Las herramientas avanzadas son más eficientes para manejar grandes volúmenes de datos y optimizar el proceso. Son un requisito casi imprescindible para las grandes compañías.
El porcentaje de centros de trabajo que implementan software de gestión de horarios en los últimos años en Europa es de entre el 30% y el 50%, con una tendencia creciente en sectores como el retail o la hostelería. En Estados Unidos la implementación es de entre el 50% y el 70%. En América Latina es de un 20% o un 30%, pero está en crecimiento, particularmente en países como México, Brasil y Argentina.
Algunas de las empresas que ofrecen servicios de programación de horarios laborales satisfacen otras necesidades de gestión de personal por medio de soluciones digitales, como sistemas de contratación, de evaluación, de recursos humanos, de planificación de plantillas, de control de nóminas, de micromanagement o de fichaje. Esas herramientas son empleadas también como elementos de vigilancia y coacción hacia el trabajador.
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Beneficio burgués
La programación de cuadrantes es un problema complicado por sí mismo, que en caso de hacerse manualmente requiere de horas de trabajo y formación. Sin embargo, la implementación de estos programas es fácil. Se trata, mayoritariamente, de soluciones en la nube que no requieren de instalación o que son muy intuitivas. Además, agiliza la tarea de realizar cambios inesperados en los turnos.
También reduce los costes de mano de obra. Los algoritmos permiten minimizar la cantidad neta de horas extra al distribuir estratégicamente las jornadas.
Finalmente, les quita responsabilidad a los encargados, que pueden atribuir a un algoritmo las arbitrariedades e injusticias que la programación de horarios presenta. La moral ya no opera durante la calendarización ni siquiera a nivel inconsciente. “El Terminator está ahí fuera, no se puede razonar con él, no siente lástima, ni remordimientos, ni miedo.” [2].
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Funcionamiento
Este tipo de algoritmo recibe los datos de contratación de los empleados (disponibilidad acordada, horas de contrato, precio al que se pagan las horas extra), de jornadas realizadas previamente (horas de trabajo realizadas la semana anterior, vacaciones disfrutadas en el año en curso), las características del centro de trabajo (puestos de trabajo, tareas a realizar, horas de apertura y cierre), o las restricciones legales pertinentes sobre los turnos.
Los algoritmos no son neutrales; su diseño y aplicación dependen de los valores y los intereses de las personas o instituciones que los desarrollan y los utilizan. La mayoría de algoritmos en la actualidad son opacos, y eso es porque su funcionamiento obedece a los intereses de la clase burguesa.
Determinar los criterios, objetivos mínimos y prioridades de estos algoritmos de optimización es un proceso con gran carga ideológica. Entre los criterios que sabemos que emplean los algoritmos para evaluar la calidad de los turnos está la correspondencia en la disposición de los empleados y la demanda de personal, o los costes de personal.
“El lunes y el martes trabajo de 16:00 a 18:00 y de 20:00 a 03:00, el miércoles y el jueves libre, pero el viernes y el sábado trabajo de 14:00 a 22:00 y el domingo de 14:30 a 21:30… aquí no hay nadie al volante” [3]. “Si tienen que colocarte una hora que te venga mucho peor para producir un poquito más de beneficio, lo harán” [4]. “No es el obrero el que emplea los medios de producción y la tecnología, son los medios de producción y la tecnología los que emplean al obrero” [5].
Los horarios asignados por estos procedimientos siguen patrones arbitrarios, inconvenientes y muy variables. Priorizar los beneficios económicos y la eficiencia en la producción ataca nuestra comodidad e incluso nuestra dignidad como trabajadores. El empleo de estos algoritmos deshumaniza el proceso de asignación de turnos.
La ofensiva capitalista no va a dudar en usar esta herramienta como elemento represivo, para quitarnos tiempo y evitar la organización política y sindical. Es habitual el intento de convencer a los trabajadores de que el empleo de algoritmos es conveniente para garantizar sus derechos, al ofrecer supuestamente turnos más equitativos. Es importante tener presente que su primera prioridad es generar el máximo beneficio posible.
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Respuesta
El conocimiento del funcionamiento de los programas de asignación de turnos nos puede conferir mucho poder. Una estrategia a considerar es exigir transparencia acerca de la información que se introduce en estos programas y cómo los algoritmos afectan a nuestros horarios y condiciones laborales. Las empresas deberían estar obligadas a informar a los empleados sobre el uso de sistemas de optimización, cómo se recopilan y procesan los datos, y cómo se toman las decisiones basadas en esos sistemas.
Las compañías deben definir nuestros horarios respetando una serie de restricciones legales. Sabemos de sobra que muchas veces no lo hacen. Se utilizan algoritmos diseñados por empresas externas. Es especialmente importante llevar un seguimiento de nuestros horarios independiente de las aplicaciones informáticas que nos ofrezcan para consultarlos. Esto nos permitirá identificar posibles fraudes en la nómina, y también estudiar de forma sistemática y exhaustiva si los horarios que nos asignan se ajustan a las disposiciones legales que dictan nuestro Estado, nuestro convenio y nuestro contrato. Se puede presionar para que se realicen auditorías externas a la implementación de sistemas de gestión y optimización de horarios para garantizar que no se violen los derechos laborales.
Una de las estrategias más efectivas podría ser asegurar que los trabajadores, a través de los sindicatos, participemos activamente en la implementación de estas tecnologías. A rasgos generales, es conveniente abogar por la máxima intervención humana posible en los procesos de asignación de horarios. Al automatizar la toma de decisiones se elimina el factor humano, lo que lleva a decisiones impersonales o sesgadas. Además, podemos exigir autorización y capacitación para operar nosotros mismos los programas de asignación de turnos. Los software de gestión de horarios cuentan con formas para asignar turnos manualmente.
Es muy interesante también tener control sobre la informatización de nuestras condiciones laborales, disponibilidad y preferencias, así como de los objetivos de producción a los que se ajustarán los horarios. Existen ajustes en los programas de asignación automática que nos pueden resultar favorables.
El empleo de herramientas de generación y reajuste automático de horarios ha reducido enormemente el esfuerzo y el tiempo requerido para realizar estos procesos. Después de generar un horario inicial, es común que se revisen los resultados para hacer reajustes. Esto viene acompañado de una comunicación más tardía de los horarios al trabajador, amén de un incremento de los cambios de última hora. Al capital le conviene nuestra incertidumbre. Existen normas legales acerca del tiempo de antelación con el que se deben comunicar los turnos y las libranzas.
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Uso comunista de la optimización
Es conveniente recordar que estas tecnologías, por más que hayan sido desarrollas por y para el capital, no son intrínsecamente malignas; lo pernicioso es su uso para perpetuar la producción basada en la explotación. Se convierte ahora en necesidad histórica conocer y adaptar las herramientas de gestión de horarios y utilizarlas a nuestro favor tanto en el momento actual como en el horizonte revolucionario que abriremos.
Los criterios empleados por los algoritmos de planificación de turnos podrían ser usados perfectamente para evitar los horarios partidos, minimizar las horas seguidas de trabajo, buscar la equidad y la racionalidad de los descansos, la distribución de los puestos y las tareas, o el respeto de las preferencias de los trabajadores.
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Conclusiones
Han convertido nuestra fuerza de trabajo y nuestro tiempo en un recurso más a planificar, y nuestro bienestar es el último de sus criterios a optimizar. Sin tiempo propio -ni certidumbre sobre el mismo- no tienen cabida el cuidado, el ocio ni la organización política. Han decidido que una máquina planifique si este fin de semana puedes ver a tus amigas, si la semana que viene te da tiempo a llevar a tu hija al colegio, o si presenciarás la muerte de tu madre. La programación de nuestras jornadas laborales mediante algoritmos no solo tiene consecuencias materiales devastadoras sino que es un paso más hacia la deshumanización del trabajador.
El problema no es que el trabajador sea sustituido por la máquina, sino que es subordinado a la máquina. El estrecho horizonte del derecho burgués, que muchas veces ni siquiera es respetado, no nos protege ante la frialdad cruda, arbitraria e injusta de una planificación horaria eficiente en términos empresariales.
Para responder adecuadamente es importante visibilizar esta problemática, que cada vez va a ser más común, así como dotarnos de información, estructuras y estrategias. Todo ello sin perder de vista el horizonte de la subversión de la estructura de propiedad de los medios de producción, claro.
Cuando quememos desde los cimientos sus altas torres acristaladas no olvidéis salvar algunos ordenadores. La sociedad podrá escribir en sus banderas y exigirle a las máquinas: “¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!”.
NOTAS
[1] Herbert Marcuse, El hombre unidimensional, 1964.
[2] James Cameron (Director), Terminator [Película], 1984.
[3] Dicha por M., une gran amigue y camarada.
[4] Escrita por S., una gran amiga y camarada.
[5] Karl Marx, Capítulo IX (tasa y masa de plusvalor) de El capital: crítica de la economía política, 1867.
N. de los A.: Nuestras fuentes tendrán que permanecer relegadas al más injusto de los anonimatos. Ellas saben que sin su ayuda este artículo no hubiese sido posible.
Veure en línia : https://www.anred.org/automatizacio...