El Cultural San Martín censura a Marina Otero por mencionar a Gaza en el título de su taller

<https://www.anred.org/wp-content/up...>

Marcha por Gaza. Buenos Aires, 12/07/25.

El Centro Cultural San Martín, dependiente de la Ciudad de Buenos Aires, cuya directora es Fernanda Rotondaro, dio de baja el taller que poco antes le habían solicitado a Marina Otero, directora, intérprete y dramaturga de reconocimiento internacional. La artista preparó las clases bajo el título ¿Cómo crear después de Gaza? Luego de cumplir con el programa y los requisitos pertinentes, le solicitaron que modificara el nombre porque “Gaza es un tema ríspido”, argumentaron. A cambio, le pidieron que lo titulara: ¿Cómo crear después de las tinieblas del presente? Otero rechazó el cambio. En respuesta, el pasado viernes, Rotondaro le envió un audio para informarle, sin esgrimir motivos, que el taller había sido dado de baja.

Por Andrés Manrique (ANRed).

El 12 de junio Marina Otero recibe la invitación para dar un taller virtual en el Centro Cultural San Martín. El 11 de julio la artista envía el material con el programa y la propuesta completa del taller. Lo titula ¿Cómo crear después de Gaza?, en franca alusión a la sentencia de Adorno que, luego de volverse públicos los crímenes del nazismo en Auschwitz, se pregunta cómo escribir poesía después de semejante atrocidad. Otero remite a Adorno para señalar el genocidio que está sufriendo, a vistas del mundo entero, el pueblo palestino.

El 27 de agosto, desde el Centro Cultural San Martín le solicitan que cambie el título, por: ¿Cómo crear en las tinieblas del presente? El mismo día, la artista responde que no lo va a hacer. Las razones sobran.

El pasado miércoles 3 de septiembre, Fernanda Rotondaro, Directora del Centro Cultural San Martín le envía un audio por WhatsApp para coordinar una llamada. Otero le responde que si es para hablar del título, prefiere que se lo plantee por escrito, a su correo electrónico. Rotondaro nunca le escribe. En cambio, el 5 de septiembre, le dice en un audio que ha sido dado de baja el taller. <https://www.anred.org/wp-content/up...>

Marcha por Gaza en Madrid, agosto 2025.

Hay muchas maneras de tomar partido. La acción y la omisión son dos formas evidentes. Ambas opciones cuentan con distinto grado de participación. Cualquiera que esté al tanto del caso palestino reconocerá que son maneras de colaborar con lo más atroz de nuestra especie: masacres de bebés, de niños, de jóvenes. Bombardeos a hospitales, a escuelas, a zonas residenciales. Puestos de “ayuda humanitaria” creados por el ejército de ocupación, convertidos en blanco donde los soldados invasores acribillan a civiles desarmados, en busca de comida. Hace 77 años que los colonos están desplazando forzosamente a todo un pueblo. Se han apropiado de sus tierras, de su cultura y de sus recursos, con el recrudecimiento de los más de 60000 masacrados en los últimos veinte meses (luego de los ataques de Hamas, planificado atentado de falsa bandera, reconocido por el propio Estado de Israel), sin contar los cientos de personas que quedaron sepultadas bajo los escombros.

La censura previa tiene al menos dos efectos, la nulidad de la potencial acción o acciones, y el disciplinamiento para quien la padece y su entorno. No podemos interpretar esta respuesta de otra forma. Además, pedirle trabajo a alguien desde una dependencia del Estado para rechazarlo luego de haber recibido la propuesta completa, tiene que cargar algún tipo de costo, de responsabilidad. El modo en que los organismos del estado manosean al trabajador independiente es indigno. La dirección del Centro Cultural San Martín no puede decir que no sabía en qué estaba Marina Otero. El 30 de julio estrenó, junto a María Velasco (también directora y dramaturga) una velada de lecturas con textos y poesía palestina. El objetivo hecho público en redes y medios, a la vez que seguir hablando de Gaza fue el de recaudar fondos para una familia gazatí. Sus redes digitales están inundadas del tema. A la dirección del Centro Cultural San Martín no se les pasó por una distracción. No es descuido, es peor y se llama maltrato.

<https://www.anred.org/wp-content/up...> Marcha por Gaza. Buenos Aires, 12/07/25.

El miedo nos corrompe: pone en marcha lo peor de cada cual. En Gaza, actualmente viven sitiadas casi dos millones de personas en condiciones infrahumanas impuestas por el Estado de Israel. Si se calla lo que se sabe es por censura o autocensura. Sea por falta de convicción o porque se corre algún riesgo, de fondo el miedo es el que trama. Omitir el nombre de la ciudad adrede es una forma de legitimar la ocupación. Si nos quedamos en silencio, otorgamos. Los crímenes del Estado de Israel han sido caratulados de lesa humanidad por la jurisprudencia internacional. No obstante, de la mano de Estados Unidos y otras mega potencias, en lugar de detenerse, recrudece. Ha violado Tratados Internacionales, falsea las leyes de la Organización de las Naciones Unidas y hace caso omiso de toda tregua o acuerdo de paz. Los ataques recientes a la flotilla en aguas internacionales, a Yemen, y antes de ayer, directamente contra la capital de Qatar, son sólo las últimas pruebas de la brutalidad que no están dispuestos a detener. <https://www.anred.org/wp-content/up...>

Madrid. Velada por Gaza para recaudar recursos destinados a familia gazatí, organizada por María Velasco y Marina Otero.

No es un pueblo lo que está en jaque. Con las armas de destrucción masiva en manos de los constructores del horror, la humanidad tambalea. La vida sobre el planeta se pone en riesgo.

Que todo el gabinete de Netanyahu y sus cómplices vayan presos donde quiera se encuentren. La Corte Penal Internacional ya los condenó.

No a la censura: ni de un espacio educativo, ni de un streaming, ni de un medio de comunicación, ni de una elección personal.

Todo ataque a la libertad de expresión será señalado y condenado.

Y repetimos: ¡Palestina libre, del río al mar!